P. V.
Los premios más importantes que se otorgan en Estados Unidos a una obra teatral son el Tony y el Pulitzer. En 1983, Buenas noches, madre, obtuvo el Pulitzer y fue candidata al Tony en cuatro categorías: texto, dirección y la interpretación de sus dos protagonistas. Ellas eran Anne Pitoniak y la oronda y brava intérprete de Misery, Kathy Bates. Las actrices perdieron ante la genial Jessica Tandy, compañera de Bates en Tomates verdes fritos. En cuanto al texto, sucumbió ante otra joya del teatro contemporáneo: Trilogía de Nueva York, de Harvey Fierstein.
Estos datos sirven para indicar el alto grado de consideración y prestigio del que disfruta esta obra de Marsha Norman cuyo montaje original estuvo un año ininterrumpido en el John Golden Theatre de Nueva York y cuya reposición de 2004 sirvió para que la británica Brenda Blethyn hiciese su debut en Broadway.
En 1985, Mary Carrillo y Concha Velasco interpretaron esta obra en una gira por toda España. Se trataba de un montaje dirigido por Angel García Moreno sobre una adaptación de Miguel Sierra. Esa misma versión es la que ha utilizado el director Gerardo Malla para esta nueva puesta en escena de un clásico actual que protagonizan Carmen de la Maza y Remedios Cervantes y que cuenta con una escenografía diseñada por el prolífico Rafael Garrigós.
Y hay que decir que Cervantes y De la Maza no sólo son las actrices del espectáculo sino también las productoras del mismo. Es una colaboración que tiene su origen en la serie Calle nueva, donde ambas coincidieron trabajando, y que finalmente se plasmó sobre la escena el pasado mes de septiembre, cuando tuvo lugar en Málaga el estreno nacional de esta Buenas noches, madre.
En la pieza, Carmen de la Maza es una madre cuyo nombre propio carece de importancia porque viene a representar a todas las madres que no dejan de preocuparse por unos hijos a quienes en el fondo desconocen. Remedios Cervantes es Jessie Cates, la hija con graves problemas sentimentales, sociales y personales, inmersa en una espiral de soledad y desamparo que la lleva a tomar una decisión dramática que originará el conflicto de la obra.
No se traiciona nada del argumento al revelar que, nada más comenzar la función, la hija confiesa a la madre que esa misma noche tiene previsto suicidarse. Los desesperados intentos de la madre por intentar salvar a su hija de semejante decisión, y los de la hija por revelar a la madre los motivos que la han llevado a la misma, marcan el carácter de un texto electrizante y magnético.
Buenas noches, madre.
Teatro Arlequín (San Bernardo, 5).
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