Es increíble. No debían volar hasta finales de marzo, más en estas alturas, y aquí las ves, como si ya fuera primavera». El entomólogo Antonio Cabeza mostraba su preocupación, cuando el día de Reyes contemplaba cómo volaban a su alrededor distintas especies de mariposas, como venzas y noctuidos.
Estaba en el Pico de la Pala, cumbre secundaria del Guadarrama donde, aparte de las mariposas, se extendía un panorama desolador, para ser invierno. De punta a punta, la cordillera mostraba las tonalidades apagadas del fin del estío y, de La Najarra a la lejana Somosierra, no había ni una gota de nieve.
A estas alturas nadie cuestiona el cambio climático. La subida de las temperaturas es más que evidente y, lo que es peor, el preámbulo de lo que se nos viene encima. Según las previsiones, 2007 será más cálido que 2006, de momento, el año más caluroso de los últimos tiempos.
Por si fuera poco, España será el país más afectado por esta tendencia y, de todas las regiones peninsulares, Madrid se llevará la palma. Por eso volaban ninfálidas y noctuidos a primeros de enero por el Guadarrama. Por eso es difícil que la nieve cubra la sierra esta temporada.
Al margen de ello, el Pico de la Pala es una ignorada eminencia que se alza sobre Miraflores de la Sierra. Estribo romo y solitario, extiende sus desnudos cantiles al sur del Perdiguera. En realidad más que cumbre, es el postrer hombro de la cuerda de la Vaqueriza, y se alza a 1.542 metros.
Con todo, su ascenso no es cualquier cosa. Se realiza desde el citado pueblo, salva 400 metros de desnivel y, por lo solitario que resulta su ascenso y las novedosas perspectivas que ofrece, bien merece dedicarle una mañana.
Se inicia la marcha en la olma de Aleixandre, donde se toma la carretera del puerto de Canencia, que habrá de seguirse algo más de medio kilómetro. Nada más superar El Hórreo, chalé situado a mano derecha, conviene desviarse unos metros para contemplar la histórica Fuente del Pino.
Más adelante, tomar la calle de la Cumbre, la segunda a la izquierda. Recorrer hasta el final su empinado rumbo que muere en unas puertas candadas. Para seguir, hay que bajar unos metros y saltar la cerca del lado izquierdo. Del otro lado, por el interior del pinar y paralelo a la pista, prosigue un camino señalizado con postes metálicos. Continuar un tramo anchuroso casi horizontal sobre una conducción de agua.
Así se alcanza el punto crítico de la ruta, marcado con el poste 5, ante un depósito de aguas. Conviene prestar atención para seguir por el camino correcto. Sin hacer caso del que sigue de frente ni el que bordea el depósito, tomar el que, a mano izquierda, sube por la ladera.
El camino marcha a escasa distancia de una cerca de piedra, por mitad del robledal. Más adelante atraviesa a la derecha y cruza un riachuelo. Se accede a una zona empradizada donde hay que tirar 100 metros a la izquierda de un visible pino que se alza solitario en mitad de la ladera. Evitando los matorrales, un caminillo asciende a la izquierda de un arroyo, hasta alcanzar la cresta. Sólo queda continuarla hasta el Pico de la Pala. Se reconoce por las ruinas de un chozo pastoril situadas justo en la cima.
Para el descenso, los del Ayuntamiento recomiendan lanzarse monte abajo hacia el suroeste, el lado contrario de la subida. Sin camino definido se alcanza una cerca de piedra. Junto a ella, un camino, que se toma a la izquierda y lleva, tras bordear sucesivas fincas hasta el inicio de la ruta.
Por este rumbo y bajo un sol de primavera, el entomólogo emprende el descenso, mientras entre los piornales del Pala, las vanesas quedan a su aire. De la nieve, ni la menor noticia y no se la espera en las próximas semanas.
DIFICULTAD MEDIA
Experiencia. Excursión circular con una longitud aproximada de 5 kilómetros. A pesar de ello, debe considerarse de dificultad mediana, a causa de no estar marcada nada más que en su primera parte y también por discurrir por laderas en donde no hay una senda bien definida. Es por tanto una ruta recomendable para caminantes experimentados.
POCAS SEÑALES
Postes ruteros. El ascenso al Pico de la Pala es una de las rutas, la nº 1, señalizadas por el Ayuntamiento de Miraflores de la Sierra.
Aunque no puede decirse que demasiado bien, pues los postes ruteros apenas cubren el 20 por ciento del recorrido, desapareciendo antes de la parte más complicada de la ruta, donde no hay caminos bien definidos.
BUEN CALZADO
Pistas. Calcular entre 2 y 3 horas. Imprescindible llevar un calzado recio y bastones para caminar por montaña. En el Ayuntamiento de Miraflores de la Sierra dan información sobre ésta y otras rutas por la zona.
Comer. Trattoría Don Vito. Soto del Real. (Tel: 607 732 201).
Dormir. Casa rural La Herren. Miraflores. (Tel: 918 444 646).
