ILDEFONSO GONZALEZ. Especial para EL MUNDO
ESTAMBUL.-
El intelectual de origen armenio más importante de Turquía, Hrant Dink, fue asesinado ayer a tiros por un desconocido en la parte europea de Estambul, a las puertas de la pequeña revista que dirigía desde hace 11 años. El periodista y escritor había sido juzgado en Turquía en tres ocasiones por referirse al genocidio armenio, esto es, la deportación masiva y asesinato de más de un millón de miembros de esta comunidad a manos del Ejército otomano durante la I Guerra Mundial. La última vez que compareció ante los tribunales, en 2005, fue condenado a seis meses de cárcel por «difamar la nación turca», pero la sentencia se mantenía suspendida.
El artículo 301 del nuevo Código Penal turco castiga con hasta tres años de cárcel a quien insulte la identidad turca. Aunque la Unión Europea (UE) ha repetido hasta la saciedad que la norma debe ser modificada o abolida, el actual Gobierno no se ha decidido aún a hacerlo y representantes de la cultura como el último premio Nobel de Literatura, el estambulí Orhan Pamuk, siguen pasando por los tribunales.
Dink, de 53 años, recibió cuatro tiros, dos de ellos en la cabeza, y falleció en el acto. Como cada día, se dirigía a las oficinas de Agos, la única revista armenia de Turquía, con una tirada de 6.000 ejemplares. Testigos presenciales aseguraron que el agresor, que se dio a la fuga, medía 1,65 metros y tenía entre 25 y 30 años. Después, las autoridades explicaron que buscaban a un joven de entre 18 y 19 años, con gorro blanco y chaqueta vaquera. Anoche, la agencia de noticias estatal Anadolu informó de la detención de tres sospechosos relacionados con el crimen.
El asesinato de Dink, que en 2006 recibió en Hamburgo (Alemania) el premio Henri-Nannen de la Libertad de Prensa, ha conmocionado de nuevo a Turquía, pero no le ha pillado por sorpresa. Dink denunció hace días que estaba recibiendo cartas amenazantes, llenas de «expresiones de odio», que le inquietaban. Su viuda y su hija sufrieron una crisis nerviosa al conocer la noticia y fueron trasladadas al hospital. Mientras, anoche salieron a la calle unas 2.000 personas en Estambul, y otras 700 en Ankara, para protestar por su muerte.
Las condenas al crimen se sucedieron dentro y fuera de Turquía. Erdogan lo tildó de ataque contra la unidad y la solidaridad nacionales, mientras que el presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer, calificó el asesinato de «acto inhumano». Desde Bruselas, el secretario general del Consejo de Europa, Terry Davis, condenó el homicidio como un «crimen odioso», y rindió homenaje a Dink por haber hecho «progresar la libertad de expresión en su país».
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