DANIEL UTRILLA. Corresponsal
MOSCU.-
Un nuevo proyecto de ley pretende inmovilizar del todo el afán contestatario de la sociedad rusa, ya de por sí bastante atrofiado. Con los comicios parlamentarios de diciembre en el horizonte, la Duma o Cámara Baja del Parlamento gestiona ya la aprobación de una ley que otorga a las fuerzas del orden carta blanca para prohibir cualquier tipo de manifestación pública en vísperas y después de unas elecciones.
Según denuncia la oposición, esta ley va dirigida a evitar estallidos revolucionarios como los que sacudieron a Georgia y a Ucrania. El texto de la ley dice que toda persona condenada por delito de «extremismo» o por violar normas administrativas no podrá convocar manifestaciones. En el punto de mira de los legisladores se encuentran formaciones no legalizadas como el partido nacional-bolchevique de Eduard Limonov, que ya ha advertido que se saltará a la torera la nueva ley, que aún debe ser sometida al filtro de las enmiendas.
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