Todos queremos la paz. Por desgracia, a veces hay que defenderla combatiendo el terror y la tiranía (James H. Douglas)
OPINION
LA TRONERA
El sigilo, después
ANTONIO GALA
Que la gente desconfía de los políticos es un hecho. Pero para algo están; para algo les pagamos, y no poco. Si las cinco propuestas de Rajoy son llover sobre mojado y no pretenden conectar ni con el Gobierno ni con nadie, sino hacer su campaña electoral, dígasele así de claro en el Parlamento: ése es su fin. No se actúe como el desconectado mismo, que ya se sabe -«¡Oiga!»- hacia dónde mira: sólo a su ombligo. Que va a haber polémica está claro. Como la hubo, y la hay aún, sobre el 11-M. Pero es mejor no medir a unos cuantos con la vara que ellos miden, negándoles el pan y la sal. Discútase en las Cortes; échense por tierra las propuestas del PP; no se actúe a su imagen y semejanza; no le dé el Gobierno con la puerta en las narices; que quede claro todo, y con el culo al aire quien lo tenga. Que se desacredite aún más quien ya lo está.