Sábado, 20 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6243.
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Todos queremos la paz. Por desgracia, a veces hay que defenderla combatiendo el terror y la tiranía (James H. Douglas)
 OPINION
Cartas al Director

El PP no puede hablar, pero Batasuna sí

Sr. Director:

En ninguna parte de Europa sucede lo que está ocurriendo en España: se niega al principal partido de la oposición el derecho de que exponga sus propuestas y que se debatan en el Congreso, mientras las del resto sí tienen cabida, incluso las de Batasuna. Me parece algo más que un error.

Celia Rodríguez. Sanjenjo. (Pontevedra)

Sobre la hora y los nombres gallegos

Sr. Director:

Algunos gallegos pensamos que el tema de la hora en Galicia no es una cuestión de política, sino de geografía. Galicia está colocada en el mismo huso horario que Inglaterra o Portugal. Estamos soportando pues un desfase horario que en nada nos beneficia. Respecto a lo de galleguizar nombres, algunos sólo pretendemos descastellanizar palabras, que si en gallego-portugués tienen un significado, lo pierden o lo cambian en su paso al castellano. A modo de ejemplo: carvalho y eixo se traducen por roble y eje, pero ignoro qué quieren decir los equivalentes castellanos carbajo y eijo. Por eso no pensamos que iniciativas como el cambio de nombres o de horario sean extravagantes, como las define EL MUNDO.

Juan A. Santiago. Vigo.

Un alemán en contra de los 'teutones'

Sr. Director:

Como ciudadano alemán me choca que en muchos artículos referentes a Alemania algunos periodistas empleen la palabra teutones. Éstos eran una tribu germana, originaria de Jütland (norte de Alemania) y vencida por los romanos en Aquae, Aix-en-Provence, en el 102 antes de Cristo. Dudo que en los periódicos alemanes a alguien se le ocurra usar la palabra árabe, visigodo o íbero para referirse a los habitantes de España.

C. Rohde. Colonia. (Alemania).

España empieza a parecerse a Japón

Sr. Director:

Hasta no hace mucho, en España nos reíamos de los diminutos apartamentos en los que vivían los japoneses. Ahora ya no nos reímos tanto, cuando las viviendas españolas son cada vez más pequeñas. En España nos sorprendíamos cuando hablábamos de las largas jornadas de trabajo japonesas. Ahora ya no nos asombramos de volver a nuestras casas justo antes de la cena, reduciendo al mínimo la vida familiar.

En España nos parecía inconcebible que los trabajadores japoneses emplearan varias horas al día en ir y regresar de sus trabajos. Ahora que nos hemos autoexiliado de las ciudades y vivimos cada vez más alejados de los centros urbanos, empezamos a verlo como algo habitual.

En España nos asombramos cuando a principios de los 90 estalló la burbuja inmobiliaria japonesa, sumiendo al país en una deflación de 15 años tras el colapso de algunas de sus entidades financieras. Pero afortunadamente esto no ha ocurrido en España. Aunque ya se sabe, nunca digas de este agua no beberé...

Fernando Martín. Huesca.

Ser madre a los 65 años y el sentido común

Sr. Director:

Veo en televisión muestras de alegría porque una señora de 65 años ha tenido dos niños gemelos. Me pregunto si cuando nos alegramos de esta noticia pensamos en los avances de la ciencia o en los seres humanos que resultan de la misma. Tengo 64 años y me parece tremenda la responsabilidad y el trabajo que se derivan de tener dos pequeñines a esta edad.

Dicen que la ley española no tiene límite de edad para la fecundación in vitro. Yo pienso que el límite lo tiene que poner el sentido común y el sentido de responsabilidad.

Amalia Meléndez. Madrid.

Los decretos sobre el castellano en Cataluña

Sr. Director:

Hace 24 años, el Ministerio de Educación requirió al Gobierno catalán para que, además de la enseñanza en lengua castellana que se estaba dando, se profesara otra asignatura en lengua castellana. Estas modificaciones marcaban el límite que había que respetar en la progresiva extensión de la lengua catalana como lengua vehicular.

Hoy nada indica que tal requerimiento haya sido satisfecho, a pesar de haber sido plasmado en un Decreto de la Generalidad en 1983. Fue más bien olvidado o sobreseído.

Según Milián i Massana, que la enseñanza tenga un contenido lingüístico mínimo no significa que sean forzosamente válidas las mayorías de la políticas lingüísticas concebibles. De hecho, tales políticas no pueden prescindir de las reglas, principios y valores constitucionales.

Por parecida razón, el Tribunal Constitucional proclama que «el Estado puede regular, si lo considera oportuno, las garantías del cumplimiento del deber del conocimiento del castellano».

Todo parece indicar que aquel requerimiento del Ministerio contiene, mutatis mutandis, un deseo muy semejante al que se pretende en el Real Decreto de enseñanzas mínimas aprobado el 7 de diciembre pasado. Éste último amplía en tres horas semanales la enseñanza en castellano en la primaria de Cataluña.

Entonces, en 1983, no hubo laminación de lo catalán, como ahora proclaman, con harta frecuencia, los políticos catalanes. Tampoco lo habrá ahora. Pero hay que vigilar que el nuevo decreto no sea simplemente archivado o mutilado.

cartas.director@elmundo.es

Luis Garrido. Barcelona.

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