Domingo, 21 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6244.
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 CATALUNYA
LA TRASTIENDA
Independentismo cosmopolita
ALEX SALMON

En varias ocasiones he escrito que muchos políticos de este país deberían aprender de las estrategias a largo plazo del independentismo catalán. La ERC que ahora conocemos, que ha llegado al gobierno y tiene a un conseller vicepresident en la Generalitat, no es de un día para otro, ni circunstancial, sino la habilidad de construir un imaginario donde se encuentran resguardados un colectivo importante de gente.

He comentado en alguna ocasión las reuniones de gente de Esquerra en el Hotel Ramada del año 91, en otras épocas el Manila de la Rambla, siempre a horas intempestivas que es cuando se hacen estas reuniones, y donde hablaban de la importancia de llegar a las sociedades de pequeñas poblaciones a partir de los Ateneos.Era la época en que estaba de moda ser convergente y el resto eran malos catalanes, menos los de ERC que no eran malos, sino solamente pasados de moda.

Me reitero en aquella visión de un tiempo pasado. Los movimientos independentistas están caducos. No forman parte del siglo XXI.Pero la realidad catalana apunta hacia otras tendencias, aunque sean pasajeras. O no. Lo cierto es que el trabajo que comenzaron hace más de quince años les dio sus frutos en 2003, cuando el partido de Carod-Rovira entró en el Parlament con 23 diputados. Por algo será. Eso no admite discusión, aunque se podrían apuntar las causas.

No es la cuestión. El tema es que desde hace unos años existe una moda entre los simpatizantes de ERC que se reduce a considerar todo aquello que no conecta con sus planteamientos de vida como pasado de moda. De esta forma volvemos a los imaginarios, donde los de ERC son muy buenos, porque aquello que no es hegemonía independentista está desfasado y no es cosmopolita. Es más, según que planteamientos, pueden llegar a calificarte de provinciano.El mismísimo Carod utiliza mucho este término. «Es provinciano todo aquel que discute sobre la lengua o el país», parecen decir. Como intentando explicar que todo aquel que discuta con ellos sobre estas dos cuestiones pierden su tiempo, porque las premisas ya están consolidadas en la sociedad. Sólo es necesario esperar.

Me explico. Los dirigentes de ERC saben qué camino seguir para lograr sus objetivos. Su objetivo, evidentemente, es la llamada «nació catalana», que el vicepresidente utilizó al menos dos veces en la última comparecencia en el Parlament. Saben que el tiempo para llegar a ese mundo ideal es largo, muy largo. Tanto que en algún momento del recorrido tendrán que ejercitar la marcha atrás. Por ejemplo, ahora mismo. La llegada de Ciutadans les ha hecho resituar un poco los puntos de anclaje. Pero no importa.Lo importante es el fin común y final. Y ese está claro.

Aunque pueda estar en total desacuerdo con los intereses que persigue el mundo cercano a Esquerra debo reconocer mi envidia por la metodología de su trabajo. No se trata de cuándo llegarán, sino de adónde llegarán. Eso, en filosofía oriental, es una clave del éxito. Como decir que puede utilizar todo el tiempo del mundo para alcanzar cualquier tipo de objetivo. El de la «nació catalana», por ejemplo. Pero hay algo que les falla en la estrategia. Los tiempos ya no están para priorizar reivindicaciones de territorio.Y quien lo haga, pierde el tiempo. Claro que todo apunta a que sigue habiendo mucha gente dispuesta a perder el tiempo.

Me llama la atención conocer la consideración que tienen los de Esquerra por las palabras «provincianismo» o «cosmopolitismo».Para mi, provinciano es aquel que supedita todos sus movimientos, consideraciones, reflexiones, preguntas, acciones y ambiciones al pequeño territorio donde quiere construir su mundo de movimientos, consideraciones, reflexiones, etc... Cosmopolita es aquel que bebe de muchas fuentes y nunca sabe cual ha utilizado para construir todas las acciones antes indicadas. El cosmopolita es aquel que no necesita sentirse de un lugar, aunque lo sea y le guste pensarlo, para encauzar proyectos. Pero no precisa del lugar y sus identidades para llevarlo adelante. El provinciano, palabra anticuada, pero que ha desempolvado del armario la gente de ERC, no sólo se refiere a que el tiempo te abandonó al albur del lugar, sino el que utiliza la identidad como excusa del mundo que habita.

Así que, no por mucho utilizar términos que, más o menos, pueden desprestigiar al interlocutor, se puede hundir al que pretende representar un sentido moderno de la sociedad o de la política.Las palabras son, eso, palabras. Y los hechos son los que marcan la distancia. Así, el independentismo catalán, aunque con un sabio movimiento, está pasado de moda, caduco, a pesar de que gente joven se sume a él. No es una cuestión de edad ni generación, sino de saber si el mundo está por ello. La globalización, en lo malo y en lo bueno, la inmigración e Internet borran fronteras.Y eso no está enfrentado a sentirse de un lugar, sólo o de muchos.A su gusto.

alex.salmon@elmundo.es

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