VANESSA GRAEL / VICTOR MONDELO
BARCELONA.-
Su labor como cooperadoras activas con el Ayuntamiento de Barcelona para conseguir la integración de las personas sin hogar viene de lejos. Aunque la relación con el Consistorio se formalizó definitivamente el pasado 5 de abril, con la firma del Acord Ciutadà per una Barcelona Inclusiva. Desde entonces, la colaboración con la Administración local se ha estrechado y ello ha desembocado en una mejor atención al colectivo.
Aun así, las asociaciones de ayuda a los sin techo denuncian que todavía quedan muchas deficiencias por corregir.
Todas coinciden en que el Consistorio ha potenciado la cobertura social a estas personas en los últimos dos años. Pero también alertan de que se necesita un mayor esfuerzo presupuestario para aumentar la eficacia de sus actuaciones.
La más contundente en su reclamación es Cáritas. Su portavoz, Luis Miguel de Luna, considera que «el gasto social está muy por debajo de lo deseable». «Es totalmente insuficiente», dice.De Luna sostiene que el Ayuntamiento debería «haber arriesgado más» en la aplicación de los planes aprobados.
En la misma línea, Pilar Mercader, directora de Prisba, señala que «faltan muchos recursos para poder llevar a cabo un mejor itinerario para atender a estas personas».
Las carencias económicas denunciadas repercuten en la creación del número de equipamientos necesarios para atender al colectivo.Sin embargo, las asociaciones se muestran satisfechas con el número de instalaciones existentes.
Josep Marqués, presidente de Creu Roja Barcelona, asegura que se está alcanzando «un buen nivel en cuanto al número de plazas».
La laguna del sistema de atención se encuentra en el campo de la reintegración de las personas atendidas. Luís Miguel de Luna señala que lo importante ahora es «trabajar en los programas de reinserción, favorecer un proceso de vuelta a la sociedad».Ramón Noro, portavoz de Arrels, añade que «la estabilización de los atendidos es el reto actual de los Servicios Sociales».
Si la mayoría de representantes de estas asociaciones coinciden en las carencias del sistema, no hacen una excepción al justificar su negativa a participar en la movilización de los Hijos de Don Quijote. Todas aseguran que París y Barcelona son dos realidades completamente distintas. Reconocen que comparten sus ideas y ven en su precipitación la razón de su fracaso.
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