Juegan el campeón de Europa contra el colista, un conjunto que no conoce la derrota en su estadio contra otro que a domicilio ha sumado cuatro puntos de 27 posibles. Y sin embargo, se trata de un choque histórico.
Lo es principalmente porque el Nàstic de Tarragona visita el Camp Nou, algo que no había hecho nunca hasta hoy. El equipo grana se despidió de la Primera División en 1950, cuando el Camp Nou era sólo un proyecto. Eso sí, su último partido contra el Barça en Liga es de mal recuerdo: 10-1 en Les Corts.
Más de medio siglo después, el equipo tarraconense llega en la peor situación que se pueda imaginar: arrastra una grave crisis institucional, con dimisión del presidente incluida, crisis en las relaciones entre Paco Flores y la secretaría técnica, que no ha sido capaz de tarerle centrocampistas capaces de generar juego, y una acuciante crisis deportiva. Sus nueve puntos en 18 jornadas le convierten en firme aspirante al descenso, aunque desde la llegada de Flores el equipo ha mejorado sensiblemente.
Para más inri, le recibirá un Barça enrabietado. La sesión preparatoria del pasado viernes, contrariamente a lo que es habitual, no estuvo marcada por las risas y la relajación: hubo entradas duras, faltas, gritos y constantes interrupciones. Con una consigna clara: presionar arriba, aumentar la intensidad y no hacer más concesiones a Sevilla, Real Madrid y Valencia.
El factor Saviola
Rijkaard, poco amante de golpes teatrales y de cambios radicales, podría llevar a cabo una auténtica revolución en su equipo, que sólo ha ganado uno de los cinco últimos partidos de Liga. Si repitiera el equipo con que amagó el viernes, Zambrotta sería el lateral zurdo titular -hasta ahora ha jugado por la derecha, pese a que fue desde el flanco izquierdo donde ganó fama mundial-, el ya recuperado Thuram junto a Puyol, Oleguer por la derecha en detrimento de Belletti, Xavi y Deco en la medular con Iniesta en el banco y -más importante- el enrachado Saviola como delantero centro.
De confirmarse su presencia en el once en detrimento de Gudjohnsen, el argentino habrá logrado lo que parecía imposible: de ser el séptimo delantero del equipo a ganarse la titularidad gracias a su tremenda efectividad en los escasos minutos de que ha gozado.
Los cambios defensivos parecen un toque de atención a un equipo que podría haberse marchado en solitario en la Liga de no dormirse en el último mes. Víctor Valdés reconoció ayer mismo en la sala de prensa que en los últimos partidos «ha bajado un poco la intensidad en la presión» y se amparó en el aspecto físico. «Esta siendo difícil. Físicamente se está intentando recuperar a los jugadores, lo hemos notado en algunos partidos», explicó el guardameta barcelonista.
Valdés sabe que, pese a la actitud que a buen seguro derrochará el Nàstic, la victoria es obligada.
Barcelona: Valdés; Oleguer, Thuram, Puyol, Zambrotta; Edmilson, Xavi, Deco; Giuly, Saviola o Gudjohnsen y Ronaldinho.
Nàstic: Bizzarri; Calvo, César Navas, Matellán, Mingo; Morales, Cuéllar, Buades, Generelo, Juan Díaz; y Portillo.
Arbitro: Rubinos Pérez.
Camp Nou: 19.00 horas (PPV).