Gatze es el hijo de Josu Ternera. Txeroki es el hijo adoptivo desde hace nueve años de la dirigente etarra Soledad Iparragirre, alias Anboto, una de las más sanguinarias militantes de ETA (15 muertos), detenida en octubre de 2004. Gazte y Txeroki tienen la misma edad, 33 años. Gazte es francés y Txeroki -con perdón- español. Gazte era uno de los tres apaciguadores interlocutores que inspiraron (tras la reunión Gobierno-ETA del 15 de diciembre) a Zapatero la desafortunada frase que pronunció un día antes de la matanza de la T4: «Hoy estamos mejor que hace un año...». Txeroki considera un insulto a la facción dura de la banda y un acto de nepotismo que, en esa reunión, los tres interlocutores etarras fueran de la famiglia: Josu Ternera, su hijo y su nuera, Ainhoa Ozaeta, compañera sentimental de Gazte. Txeroki ordenó el atentado de Barajas sin conocimiento del brazo político.

El 3 de diciembre de 2006 CRONICA anunciaba en portada: «ETA prepara un "regalo" para Reyes». Doce días después, Luis Solana, Javier Moscoso y el presidente del PSE, José Eguiguren -interlocutores gubernamentales en la reunión del 15-D con ETA- comunicaban a José Luis Rodríguez Zapatero que Ternera les había garantizado paz hasta fin de año a cambio de vislumbrar la presencia abertzale en las elecciones municipales de mayo. Veintiséis días más allá, el presidente cantaba a los españoles su égloga al optimismo. Y, un día más tarde, con la débil alerta C en el aeropuerto de Barajas -descuido que nunca se había permitido en Navidad desde que ETA es operativa- el aparcamiento de la T4 saltaba por los aires y dos inmigrantes ecuatorianos fallecían.

«Lo que pasó en Barajas el 30-D es un capítulo más de la guerra por la sucesión en ETA que mantienen Txeroki y Ternera desde hace años. Hay que acordarse del comunicado de ETA a Gara en octubre de 2004 y de la carta que se le intervino a Txeroki un mes después...», señalan fuentes de la Guardia Civil especializadas en lucha antiterrorista, las mismas que hace mes y medio filtraron a CRONICA el informe de la seguridad francesa donde se alertaba con un mes de antelación del atentado de Navidad.

PRIMER CHOQUE

Mientras en aquel octubre de 2004 ETA abogaba por iniciar «un proceso negociador», Txeroki pedía «poner patas arriba a un enemigo uniformado antes del 19 de febrero». Algo semejante sigue pasando.

Josu Ternera sabe que no vivirá para ver finiquitado el proceso de paz. Un cáncer de estómago lo está consumiendo. Y quiere que su hijo lidere el proceso tras su ascensión al paraíso araniano de los gudaris. Gazte tenía 12 años cuando Ternera se incorporó a la dirección de la banda, donde se mantuvo desde 1986 hasta su detención en 1989.

Con 21 años ya era portavoz de Gazteriak, la organización juvenil pro-etarra francesa que acabó fusionándose con Jarrai. Su primera detención se produce el 4 de enero de 1997 y es condenado al año siguiente por actos de kale borroka contra bienes de policías franceses. En abril de 2000 vuelve a ser detenido por agredir a un agente de información. Su paso de las juventudes a Abertzaleen Batasuna -coalición abertzale francesa- se ve marcado por la polémica cuando, en 2001, el grupo decide no unirse a Batasuna y buscar la vía dialogada para la solución del conflicto vasco. Gazte se pasa la muga política hacia España y se alía con los de Arnaldo Otegi.

En 2003 viaja otra vez a los calabozos de la Gendarmerie por actos de terrorismo urbano, pero es excarcelado enseguida. Poco antes, había denunciado el acoso y las amenazas de muerte del autodenominado Nuevo Batallón Vasco Español, del que apenas nunca más se supo. Desde entonces permanece limpio. Preparado para asumir la sucesión y guiar el segundo acto del proceso de paz. Metido por orden de su padre en un despacho de Bayona (Francia) como secretario de Koldo Gorostiaga, eurodiputado de Euskal Herritarrok, no vuelve a ponerse las esposas.

A principios de 2006, su padre lo ficha como uno de sus lugartenientes en el aparato político de ETA con el fin de que se prepare para encauzar la negociación durante el alto el fuego que la banda decreta unilateralmente un mes después. «Está limpio. Lo han mantenido al margen desde hace mucho para esto».

Desde hace años, mantiene una relación sentimental con Ainhoa Ozaeta Mendicute, también de 33 años, que coincidió como parlamentaria con Josu Ternera en la Cámara vasca y fue la coordinadora en Guipúzcoa de la mesa nacional de Batasuna. El juez Baltasar Garzón la investigó por su presunta relación con la trama financiera de la banda. Es titulada en gestión de empresas. Algunas fuentes policiales quisieron reconocerla como la lectora encapuchada del comunicado que anunciaba el alto el fuego permanente desde el 24 de marzo de 2006. ¿Los otros dos encapuchados que flanquean a Ainhoa durante la lectura? ¿Gazte a la derecha y Txeroki a la izquierda? Fueron los nombres que sugirieron las fuentes policiales que indagaron sus identidades. Pero no se confirmó.

Ellos, la familia Ternera, constituyen la terna que encabeza la negociación política. La que el día 15 de diciembre aseguró a los emisarios de Rodríguez Zapatero que no habría muertos a cambio de fórmulas para que una marca abertzale concurriera a las municipales de mayo y para que el Gobierno terminara aceptando una mesa de partidos en la que estuviera presente el brazo político de ETA bajo cualquiera de sus marcas. La terna que, tras el atentado, entonó a través de Gara el mea culpa intentando convencer a los españoles de que ETA no quería matar en Barajas... La terna a la que, según fuentes policiales, el atentado del 30-D cogió tan a contrapié como les ocurrió a Arnaldo Otegi y el propio Zapatero...

Porque Txeroki, jefe del aparato militar de ETA, diseñó con la sanguinaria Anboto una red de células independientes, imitación pedánea de las de Al Qaeda, que actúan de forma aislada para evitar filtraciones. Josu Ternera podía saber que la Navidad iba a venir con petardazo. Pero no sabía dónde, cómo ni, exactamente, cuándo. Hasta los servicios secretos franceses habían advertido a España de su miedo a que la acción, la ekintza, fuera a producirse en su territorio. Pero fue Barajas. La T4 a primera hora de la mañana. ¿Acción de pretensiones incruentas? «Resulta muy difícil que alguien piense que puede meter tanto explosivo en Barajas sin matar a nadie. Pero es Txeroki. Un tío que ha llegado muy arriba en la organización porque ya cuando empezó en la kale borroka destacaba: era el más animal de todos», señala un guardia civil que investiga al jefe militar desde que, incluso, se pensaba que su apodo no ocultaba a un solo hombre, sino a un colectivo. Como el famoso Artapalo.

Txeroki nace en ETA con 24 años. Hace nueve. Es cuando conoce a Soledad Iparaguirre, alias Anboto. Ella era 13 años mayor, tenía cierto atractivo físico y un pasado mítico en la banda: su primer novio, José Aristimuño, murió enfrentándose a la Policía en 1981 en Vitoria y ella, inmediatamente, rompió con su adolescencia y pasó la frontera francesa hacia la clandestinidad. Anboto era entonces la encargada de captar borrokas.

El bilbaíno nació el 6 de julio de 1973 y pertenece a la generación de Internet. Su pasión por la informática, la criptografía y sus ideas sobre comunicación segura usando la red sedujeron a Anboto. Además, no era precisamente un repelente niño Vicente pegado a un teclado. Era un hombre de acción.

Anboto ya estaba obsesionada con la seguridad. Las caídas eran continuas. Las delaciones y las infiltraciones constantes. Cuando en el año 2000 da permiso a Txeroki para pasar de la kale a la clandestinidad y las armas empiezan a idear una nueva forma de organizar el aparato militar. No sólo están unidos por una causa común. Se hacen amigos. De hecho, Txeroki era uno de los pocos militantes con permiso para visitar el caserío de Salies de Béarn (sur de Francia) donde residía en la clandestinidad Anboto con Mikel Antza, entonces número uno de ETA.

La policía gala, tras detenerlos y registrar la vivienda el 3 de octubre de 2004, confirmó que Txeroki había visitado el caserío apenas una semana antes. La única vez desde que capitanea el aparato militar en que ha sido detectado.

Anboto forma personalmente a Txeroki en los campos de entrenamiento del sur de Francia en el uso de las armas. Su otra obsesión. Ella había trabajado con los veteranos. Mató junto a Paterra, junto a Kubati, junto a Kantauri. Gente seria. Y era consciente de que la kale borroka alimentaba ETA de personas sin ninguna formación militar pero que, por falta de personal, tenían que asumir ekintzas casi antes de aprender a pegar un tiro. Txeroki se da cuenta en propia carne de que la jefa tiene razón: él, que ha sido un héroe de la kale borroka, no está precisamente bien dotado para las armas.

LA «SARE TXIKIA»

Anboto y Txeroki piensan soluciones. Y se fijan en la forma de actuar de los islamistas con células que se desconocen entre ellas, lo que impide caídas por delaciones o por la información que puedan dar los infiltrados.

Nace así la idea de crear la sare txikia -red pequeña-, formada por comandos aislados bajo un único mando militar, el de Txeroki. Sólo él conoce dónde está su gente y dónde va a actuar. Ni siquiera se lo comunica a su amiga Anboto. En la información encontrada en los ordenadores que la policía francesa requisó en Salies de Béarn conduce a ninguna pista sobre el paradero de Txeroki.

El hijo adoptivo de Anboto, tras la caída de ésta, no ve con muy buenos ojos el regreso de Josu Ternera al liderazgo absoluto. Sabe que ha cambiado. Que estaba pactando con Antza una salida negociada para el conflicto, y Txeroki, según fuentes policiales, desprecia a Ternera y prefiere el asesoramiento directo de varios históricos de la línea dura que permanecen ocultos en diversos países americanos.

Éstos no se conforman con el acercamiento de presos, las amnistías parciales y la creación de una eurorregión que agrupe los intereses de los territorios españoles (Hegoalde) y franceses (Iparralde).

La Guardia Civil, según ha podido saber CRONICA, había detectado desde hace ya más de un año movimientos en los círculos abertzales franceses afines a las tesis de Txeroki. La nueva red francesa, formada exclusivamente por militantes galos, podría nacer bajo el nombre de Irrintxi -grito vernáculo vasco-. Su puesta de largo se produciría sólo en caso de que las conversaciones entre el Gobierno español y ETA llegaran a buen puerto y los franceses, como es previsible, se negaran a hacer concesiones territoriales. Irrintxi, entonces, se prepararía para empezar a actuar en suelo francés con atentados incruentos. Pero desligada, en la teoría, de la marca ETA, para dar una excusa al Gobierno español para continuar hablando a pesar de la presión francesa.

«Esta organización está en fase muy embrionaria. Aunque estamos seguros de que ya estaban buscando cantera. Pero lo más probable es que se haya desactivado tras el atentado. Ya no tiene mucho sentido», señala un guardia civil con casi 20 años de experiencia en la lucha contra ETA.

Ahora las armas están en alto entre los Ternera y el aparato militar. Los primeros reprochan a Txeroki la supuesta torpeza de haber intentado un golpe de tal magnitud sin contar con la más que previsible recolección de víctimas colaterales. Txeroki reprocha a los Ternera las concesiones realizadas sin, según él, recibir nada a cambio. Y, por si la guerra continúa, estaba preparando al margen de la dirección bombas-lapa direccionales. Es decir, armamento inútil para ekintzas incruentas.

Para que se active un coche bomba es necesario que alguien gire la llave de contacto. Y en las detenciones del nuevo comando Vizcaya fueron requisadas listas de posibles objetivos, entre las que había concejales, personalidades de la judicatura y periodistas.

La esquizofrenia de ETA también se ha trasladado a los interlocutores de Zapatero en el proceso. Eguiguren -que lleva manteniendo contactos con Ternera desde antes de que el PSOE llegara al poder y se oficializaran las conversaciones- cree que el actual número uno ganará la batalla a Txeroki y apuesta por reiniciar las conversaciones tras esperar un periodo prudente. Alfredo Pérez Rubalcaba, por el contrario, prefería extremar la acción policial y no dar más bazas a ETA. De momento, gana la primera opción. Aunque, dice este mismo guardia civil con ironía, «hasta que Txeroki vuelva a matar a alguien sin querer».

GAZTE: EDUCADO PARA NEGOCIAR

l Nace en Francia en 1973. l Tiene 12 años cuando su padre llega a la cúpula de ETA y se cría con su hermana. l En febrero de 2006, Josu Ternera lo «ficha» en la dirección de ETA.

TXEROKI: EDUCADO PARA MATAR

l Nace en Bilbao el seis de julio de 1973. l Se incorpora a la «kale borroka» con 24 años. l En 2000 se le encarga reorganizar el «Comando Vizcaya». l Asesinó al magistrado José Mª Lidón