Hacía 15 años que un equipo de Primera División no se quedaba con siete futbolistas sobre el campo. La última vez fue en la undécima jornada de la temporada 1992/1993. El 22 de noviembre, Díaz Vega expulsó a cuatro futbolistas del Celta en un partido contra el Sevilla. Juric, Ratkovic, Engonga y Gudelj vieron la tarjeta roja. Desde entonces, no se había visto nada igual hasta que Lizondo Cortés tiró anoche de muelle y expulsó, en un intervalo de menos de 20 minutos, a cuatro jugadores de Osasuna.
Antes, en el 43, el colegiado valenciano no aguantó más la actitud de Aguirre y le echó. Pero, respecto al conjunto navarro, el primer expulsado fue Cuéllar tras cometer el penalti que falló Torres. Diez minutos después, ya con el 1-0 en el marcador, marchó Soldado camino de los vestuarios por dejar su codo marcado en la cara de Zé Castro. Luego fue Ricardo, en el 90, por despejar un balón que ya había salido. Y para dejar a Osasuna con siete, Raúl García en el 95.
Aun así, para Ziganda el arbitraje estuvo «fenomenal». «Después del gol hemos perdido los nervios y hemos enfocado mal la rabia. Eso es lo peor del partido, aparte de perder, los cuatro expulsados», sentenció. También Aguirre se mostró satisfecho: «Me dirigí al árbitro varias veces y se cansó de mí. Lo hice con respeto, sin insultos, me dijo que estuviera tranquilo, me abrazó, sonrío y luego me expulsó. Hizo bien su trabajo». / L. S-B.
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