Ya todo es posible en el Real Madrid. Incluso que durante una rueda de prensa su entrenador sea capaz de sostener la afirmación de que todavía puede cambiar de criterio respecto a la situación de ostracismo de Ronaldo y Beckham apenas minutos antes de confirmar que sigue sin contar con ellos y que no están en la lista de convocados para el partido ante el Mallorca. Esta especie de críptico metalenguaje en el que se hace una cosa y se afirma la contraria sirve para oscurecer aún más los caminos hacia la lógica que debería emprender un club en estado de sitio que, curiosamente, gracias a los errores ajenos, sigue cerca de la cabeza pese a su fútbol manifiestamente mejorable.
No, por supuesto que no están ni Beckham ni Ronaldo en la lista para el duelo de hoy en Mallorca. No podía ser de otra manera. Raúl, en plena posesión de sus capacidades como capitán, pidió el pasado viernes que se arreglara su situación, que sería mejor para la dinámica del grupo. Tuvo respuesta en el peculiar metalenguaje capelliano: «Sí, fue muy bueno su discurso, así es como habla un capitán. Claro que las cosas pueden cambiar, hay posibilidades, pero tenemos que esperar».
Sí, un día de estos cambiarán. Pero todavía no toca. En el caso del inglés el técnico recordó que ahora sufre una sobrecarga. Ronaldo no aparece en el parte médico, pero tampoco ha debido trabajar muy bien esta semana. Al menos no lo suficiente para arrebatar una plaza en el banquillo al joven Nieto, por cierto, el único jugador ofensivo que quedará como suplente hoy en Palma.
Capello pasó ayer por encima de pequeños detalles como la ridícula cifra de dos goles marcados en los cinco últimos partidos o la falta de jugadores de ataque. Ronaldo, que sigue suspirando por emigrar a Milán y por el fin de las negociaciones para su marcha inmediata de este infierno, no podrá ayudar porque así lo ha decidido un técnico que ayer estuvo a punto de explotar cuando le insistieron por un asunto tan importante. Ante la reiteración en las preguntas llegó a amenazar con levantarse y suspender su rueda de prensa. Aguantó el tirón y cerró su alocución hablando del Mallorca, pero el madridismo precisa respuestas que van más allá del partido de hoy en el antiguo Son Moix.
El técnico italiano mantendrá su confianza en el bloque que fracasó el pasado miércoles ante un combinado de suplentes y juveniles del Betis, pese a su evidente mejora de juego. Ronaldo y Beckham no cuentan, pero por ahí siguen pululando y jugando algunos de los fichajes de verano como Diarra o Van Nistelrooy, de rendimiento indescifrable.
La relación de bajas por lesión es muy elevada. No viajaron Guti, Raúl, Emerson o Roberto Carlos, y este fin de semana parece que Capello no volverá a incluir en el banquillo a un jugador lesionado, como hizo con Emerson en el reciente partido ante el Zaragoza en el Bernabéu.
Pese a que el volcán que rodea a la casa blanca sigue en erupción, lo cierto es que el Madrid todavía no se ha despedido de los títulos. Si gana en Mallorca, precisamente el escenario en el que se desencadenó la marcha de Florentino Pérez el pasado año tras una derrota por 2-1, cerraría la primera vuelta en una posición de privilegio y con las opciones intactas, lo que tiene un mérito considerable tras el pobre juego exhibido desde agosto.
La aceptable clasificación no esconde los problemas que se ciernen sobre una plantilla corta por las bajas y por las fobias del entrenador. Ayer le preguntaron a Capello por la opción de volver a fichar antes de que se cierre el mercado. Él pidió un central en agosto y en diciembre y sigue a la espera.
Real Mallorca: Moyá; Héctor, Ramis, Nunes, Navarro; Jonás, Basinas, Jordi López, Varela, Ibagaza; Maxi López.
Real Madrid: Casillas; Ramos, Cannavaro, Helguera, Raúl Bravo; Reyes, Diarra, Gago, Robinho; Higuaín y Van Nistelrooy.
Arbitro: Fernández Borbalán.
Estadio: Ono (21.00 h. Canal Plus).