ESTEBAN DELGADO. Especial para EL MUNDO
VALENCE (FRANCIA).-
A falta del último tramo de 2,8 kilómetros que utiliza parte del trazado del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, el 75º Rallye de Montecarlo acabará hoy con el primer doblete del equipo Citroën, formado por el francés Sebastien Loeb y el español Carlos Sainz. Ninguno de los seis tramos disputados ayer, como el mítico Burzet, aportaron variaciones reseñables en la clasificación general. Eso sí, Loeb se apoderó del triunfo en el primero, para sellar casi definitivamente el resultado final, dejando el resto de triunfos parciales a los rivales del equipo Citroën. El viernes, Sordo y Loeb ya se habían repartido las victorias, marcando distancias altas con sus seguidores.
«Estamos contentos de lo que hemos hecho hasta ahora. Hay que hacer el último tramo, pero estoy contento del trabajo. He mantenido la distancia con Gronholm y el coche se ha comportado bien, sin ningún problema», explicó el español, que está realizando un magnífico trabajo de equipo. «Estoy realmente sorprendido de lo bien que anda el C4. Sabíamos que Sébastien estaría un paso por delante de todos, pero, a mí, me ha sido diría que incluso algo fácil conseguir este gran resultado». Esa situación también tiene una vertiente contraria. Para el piloto cántabro: «Es difícil estar ahí cuando no estás atacando, porque todo parece demasiado fácil. El coche no coge las temperaturas que tiene que coger y el error puede aparecer sin correr lo que uno puede. Mañana (por hoy), vamos a pasar por la Superespecial y que no ocurra nada como en Chipre...». Pese a todo, Sordo no oculta una sonrisa en los labios.
Pese a la falta de emoción en lo deportivo, pues la superioridad de Citroën resulta abrumadora, las estimaciones de la Gendarmerie francesa fueron de unos 100.000 espectadores siguiendo el rally con más pedigrí de todo el Mundial.
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