Domingo, 21 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6244.
ESPAÑA
 
Más de 3.000 guardias civiles uniformados exigen al Gobierno derechos constitucionales
La AUGC, convocante del acto, denuncia amenazas de un diputado del PSOE para que desconvocara Los asistentes corearon gritos contra Zapatero y Rubalcaba y pidieron la desmilitarización
FERNANDO LAZARO

MADRID.- La madrileña calle de Atocha se convirtió en una auténtica marea verde. Llegaban por cientos desde la estación de Atocha. Y a media mañana eran algo más de 3.000 agentes uniformados los que ocupaban la céntrica Plaza Mayor. Las caras de los turistas que la primaveral mañana visitaban la zona histórica de Madrid eran de auténtica sorpresa.

Los agentes, muchos de ellos desplazados directamente a Madrid desde sus diferentes localidades tras sus jornadas laborales, reclamaron al Gobierno de Zapatero «Derechos Humanos» en el Instituto Armado y más democracia. «Dignidad, libertad y justicia» para los que visten un uniforme «con tanta tradición y que tanto ha hecho para que los ciudadanos disfruten de sus derechos democráticos», recordó durante su alocución el líder de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Joan Miquel Perpinyá.

La AUGC estuvo arropada por una gran cantidad de movimientos sindicales y asociaciones. Comisiones Obreras, con su líder José María Fidalgo a la cabeza, la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), la Confederación Española de Policías (CEP), el sindicato Erne de la Ertzaintza, el sindicato de los Mossos d'Esquadra, el Movimiento contra la Intolerancia... Algunos echaron en falta que durante el acto interviniera algún representante de la Unión General de Trabajadores (UGT). También estaba invitada. La AUGC logró congregar a más de 3.000 agentes con su uniforme reglamentario, llegados desde todos los puntos de la geografía española. Las banderas autonómicas (Galicia, Extremadura, Asturias, La Rioja...) se mezclaban con banderas españolas. Otras 5.000 personas, entre familiares y miembros de otros cuerpos policiales, arroparon a estos agentes en lo que ha sido el reto más importante en la historia por parte de agentes uniformados a un Gobierno.

La AUGC denunció que hasta última hora del pasado viernes estuvieron recibiendo presiones desde el Gobierno y desde el Partido Socialista para que desconvocaran la iniciativa. Incluso, indicaron que el diputado del PSOE y portavoz de esta formación en la comisión de Justicia e Interior del Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, telefoneó a uno de los dirigentes de la asociación y le advirtió que manifestarse de uniforme era ilegal y podría tener consecuencias por parte del Gobierno. Esta llamada fue interpretada desde la AUGC como una amenaza más.

El acto de ayer supone la mayor concentración de agentes uniformados en un acto público de la historia de la democracia. El régimen disciplinario de la Guardia Civil prohíbe a sus agentes participar en manifestaciones y considera una falta muy grave el uso del uniforme en labores ajenas al servicio.

«Zapatero, embustero», fue el grito más coreado por unos manifestantes que exigieron al PSOE y al Gobierno el cumplimiento de sus compromisos electorales: la modificación del régimen disciplinario de la Guardia Civil y la reglamentación del asociacionismo en el Instituto Armado. Los concentrados reclamaron derechos constitucionales para los guardias civiles al grito de «Derechos, ya», lema elegido por la AUGC como pancarta de su manifestación. Los asistentes portaban pancartas artesanales con diferentes lemas: «Zapatero, hablas con ETA y con nosotros no», «Zapatero, el 23-F nos engañaron los golpistas y ahora los socialistas», «desmilitarización», o «libertad de expresión», entre otras. Otro de los gritos más coreados fue: «Rubalcaba, súbenos la paga» y «somos policías, no somos soldados».

Las intervenciones estuvieron precedidas de un minuto de respetuoso silencio por las últimas víctimas mortales del atentado perpetrado el pasado 30 de diciembre en el aparcamiento del aeropuerto de Barajas y por todas las de ETA, que finalizó con un «viva España» de un espontáneo.

Fue el filósofo y escritor Fernando Savater el encargado de leer el manifiesto. Aprovechó para agradecer a los guardias civiles su dedicación en la defensa de los derechos humanos: «Lo hago como español y, sobre todo, como vasco». Sus palabras provocaron un atronador aplauso. Reclamó dejar atrás «la miseria de derechos con los que la Historia ha tratado a este Cuerpo para que llegue la hora del cambio».

Tras él tomó la palabra el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, quien reclamó una Guardia Civil con todos sus derechos democráticos.

Posteriormente intervinieron el representante de Derechos Humanos, José Antonio Gimbernat y dirigentes de la AUME, y representantes de los sindicatos de la policía, la Ertzaintza y los Mossos. Y como telonero de lujo para el líder de AUGC intervino el secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, cuya intervención despertó pasión entre los asistentes. Y es que fue claro y contundente a la hora de reclamar al Gobierno y al PSOE que cumpliera sus compromisos electorales. Y es que fue preciso cuando recordó que el actual ministro de Trabajo, Jesús Caldera, cuando era portavoz del grupo parlamentario socialista, se comprometió en un acto de la AUGC, «en el que también intervine», a «desmilitarizar la Guardia Civil». «Que cumplan sus compromisos», exigió ante el respaldo de todos los asistentes. Aseguró que en aquel acto de 2004, él ya defendió que la AUGC era un «sindicato como la copa de un pino».

«Los programas electorales son contratos con los ciudadanos. Y el que no cumple, no cumple, sea de la ideología que sea» y añadió: «No os dejéis manipular por nadie. No sois tropa de nadie». Fidalgo fue contundente y aseguró que el Gobierno «se ha tenido que pulir» el régimen disciplinario de la Guardia Civil «por vuestro coraje».


«El PSOE nos ha engañado y eso tiene un precio»

«Dignidad y democracia». Ésta fue la primera petición de Joan Miquel Perpinyá, líder de la AUGC, durante su intervención de ayer en la Plaza Mayor de Madrid.

Defendió con vehemencia el uso de un uniforme «del que estamos muy orgullosos» como protagonista de la protesta de ayer; «porque sino no nos hacen caso. Lo hemos intentado de todas las maneras y no nos han dejado otra salida». «Llevamos un uniforme con una historia y una tradición que nos orgullece a todos», indicó.

«Exigimos democracia, justicia y libertad», «tenemos los derechos constitucionales restringuidos», «hasta nuestras Reales Ordenanzas son preconstitucionales», denunció. El líder de AUGC aseguró: «No somos soldados y no debemos serlo». El PSOE «se comprometió en 2004 a regular el asociacionismo en la Guardia Civil y no se va a hacer en esta legislatura, ya no da tiempo. Nos ha engañado y eso tiene un precio», dijo. Perpinyá explicó que el Gobierno ha anunciado la modificación del régimen disciplinario de la Guardia Civil, obligado por una sentencia de la Corte Europea de Derechos Humanos que condenaba al Estado por arrestar a un agente sin autorización judicial. «Una vez más el Gobierno está mintiendo. El nuevo régimen que pretende es negativo e injustificable y no soluciona nada». Advirtió: «No pararemos hasta que se reconozcan nuestros derechos», «ni un paso atrás; que se enteren bien», «basta ya». Perpinyá, no obstante, tendió la mano al Gobierno para establer un diálogo, pero insistió: «No nos vamos a plegar a la imposición».

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