Y su nacimiento se produjo pese a la existencia de tres recursos de inconstitucionalidad al Estatuto catalán, que en una de sus disposiciones se arroga la titularidad del fondo. Esas denuncias seguirán su curso en el Tribunal Constitucional (TC), no existe intención de retirarlas, y eso no impidió al presidente catalán, José Montilla, sellar su visto bueno a un decreto, el de la creación del Patronato, que dice desde la palabra uno que el Archivo es «de titularidad y gestión estatal».

El protocolo tiene esas cosas, lo mismo que la inmediatez de unas elecciones. El balear Jaume Matas y el valenciano Francisco Camps, ambos populares, fueron los principales promotores del punto sobre la i en un acto protocolario en el que los discursos no daban cabida a preguntas. El primero, lo hizo con unas palabras de cariz reivindicativo, en el que destacaron pullitas controladas. Desde subrayar que la creación del Patronato permite crear un «órgano colegiado con participación paritaria», hasta destacar la «lucha» de su Gobierno «contra la inferioridad institucional» ante, según se entendía, otros gobiernos autonómicos.

Camps hizo la misma mención a la constitución de un Patronato «en pie de igualdad», mientras que el presidente aragonés destacó que por fin se resuelve un asunto con 300 años de antigüedad que «no entendemos por qué no se ha hecho antes».

Pero en ninguno de los discursos hubo referencia alguna al protagonismo del Tribunal Constitucional en las disputas intercomunitarias. Sólo después, presidentes autonómicos y algunos de sus asesores descartarían la vía de la retirada de los recursos. Matas consideró que pese a no tocar hablar del tema en una jornada especial como la de ayer, su denuncia es plenamente «compatible» con la firma de la constitución del Patronato del Archivo, mientras denunciaba que el Congreso aprobara el hecho de que una comunidad «se apropie del fondo de un archivo». En el mismo sentido se expresó Marcelino Iglesias, quien denunció que el Estatuto catalán «prevé extraer los documentos propios de Cataluña y desmembrar el Archivo».

El más directo fue sin duda Francisco Camps. El presidente valenciano se preguntó: «¿Cómo se come lo que se dice en algún estatuto de comunidad autónoma con lo que se está haciendo aquí?».

Quizás pendiente de lo que podía llegar más tarde, José Montilla señaló durante su discurso que «de la misma forma que hemos sabido constituir el Patronato, sabremos ahora resolver el resto de cosas». No concretó más.

Patrimonio europeo

Pese a todo esto, Carmen Calvo pudo ayer acudir a Barcelona para constituir el Patronato y visitar, de paso, su sede, el Palacio de los Virreyes, en pleno centro del barrio Gótico, en el que se han invertido más de siete millones de euros.

Calvo no quiso valorar desde el Ministerio de Cultura la exposición El archivo de la memoria rota, que se está celebrando en Salamanca como crítica del traslado de documentos del Archivo de la Guerra Civil a Barcelona, y se limitó a señalar: «Sólo lo conozco por la prensa».

Pero la ministra de Cultura sí anunció que presentará el Archivo de la Corona de Aragón como primera candidata española a patrimonio europeo, categoría que están acabando de perfilar los ministros europeos de cultura. Tras el acto de constitución, Calvo señaló que el Archivo de la antigua Corona de Aragón será la «primera candidatura española» a esta futura categoría de patrimonio europeo.

Calvo justificó este propósito señalando que en el Archivo está «la historia del Rosellón francés, de los reinos de Nápoles, Sicilia y Cerdeña» o de las relaciones del Reino de Aragón con «el Reino de Castilla, de Navarra, el norte de Africa y las monarquías europeas».