Domingo, 21 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6244.
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 OPINION
DOS EN LA CARRETERA
De cómo Él se sume en una calderoniana reflexión y de cómo Ella deriva hacia la política antiterrorista
LUIS MARIA ANSON CAYETANA ALVAREZ DE TOLEDO

El intercambio epistolar comienza hoy con una equivoca comparación entre Calderón y Zapatero. Anson señala que la gente se preocupa más de la crisis del Real Madrid que de los agobios del inquilino de Moncloa. Cayetana subraya la penosa impresión que le produjo el presidente del Gobierno en el debate del pasado lunes, mientras Anson se pregunta si es cierto que la vicepresidenta ha viajado a Ginebra para contactar con ETA. Ella acaba con una dura reflexión sobre la estrategia del PSOE de intentar aislar al PP en el Parlamento y sus guiños al nacionalismo vasco.

CUANDO EL PUEBLO TIENE RAZON

Querida Cayetana...

El presidente está harto de algunos de sus colaboradores, que viajan gratis total, no pagan en ningún sitio y, además, son vanidosos. En una reciente intervención pública se ha quejado también del dinero que gana cierto personaje cercano a él, un poco más, incluso, de lo que te paga Pedro J. por esta ávida correspondencia. Protesta también de que otro bien conocido colaborador suyo parece un actor de cine. Incluso ha arremetido contra su antecesor por no sé qué maniobras con Berlusconi para entorpecer su estrategia de gestión. Está harto, además, de los jóvenes que no maduran.

Ante el cabreo de los afectados, el presidente ha acudido a la televisión para pedir perdón con acento calderoniano, como Dios manda: sueña el que agravia y ofende, sueña el que afana y pretende y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son aunque ninguno lo entiende. Al presidente, por cierto, no le llega la camisa al cuerpo porque dentro de unos días la Justicia se pronunciará sobre el voto por correo. El hombre no se atrevió en su día a hacer lo que hizo el caudillo Franco y lo que va a establecer el caudillo bufón Chávez: proclamarse presidente vitalicio del Real Madrid, con lo cual se hubieran terminado los votos por correo, las elecciones y otras zarandajas. Porque me estoy refiriendo, claro, a Ramón Calderón y no a José Luis Rodríguez Zapatero como tú maliciosamente pensabas.

Y es que no sólo de zapateros vive el hombre. La opinión pública está más interesada en las andanzas del presidente del Real Madrid que en las rendiciones del otro presidente, el que se refugia en su madriguera de Moncloa para aliviarse de la tunda de palos recibida. El pueblo tiene razón. Todavía hay clases. Uno es el presidente de la Casa Blanca y al otro le quedan dos telediarios si el PP deja de cometer torpezas.

Querido Luis María...

La otra tarde, al ver desde la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados a Zapatero agitar los brazos y aullar como el Gollum ante el anillo -«¡El Pacto es mío, mío, mío!»-, me vinieron a la cabeza las famosas conversaciones de Juan Luis Cebrián y Felipe González, publicadas en otoño de 2001 bajo el título El futuro no es lo que era. Como sabes, aquel librito constituye el verdadero programa de Gobierno de Zapatero (que no su programa electoral). En él, Cebrián plantea el concepto romo de la Constitución «como símbolo de diálogo»; el proyecto sanitario de aislar al PP «porque son la derecha de siempre, la que colaboró con la dictadura decididamente porque la engendró, pero encima legitimada democráticamente»; la alianza civilizadora con Marruecos, «¡tan útil para los intereses de nuestro país!»; la recuperación de la memoria histórica para dejar en evidencia que «la derecha actual sigue siendo heredera del franquismo»; y la idea claudicante del terrorismo como expresión de un conflicto político que sólo se puede resolver mediante una reforma del modelo de Estado: «El principal problema político español no es el terrorismo, sino la convivencia democrática en el País Vasco. ¿Por qué entonces no hay una reforma constitucional?» .

En cuanto al Pacto Antiterrorista, tu colega de la Academia se ahorraba los matices: «casi una aberración», «escollo grave para la unidad de los demócratas», «todo un desatino», «incluso, inmoral». Cebrián se preguntaba si «no sería de alguna manera razonable o por lo menos táctico o brillante por parte del PSOE tratar de firmar acuerdos también con los otros partidos», para luego especular sobre los motivos que habían llevado al flamante secretario general de los socialistas a cometer la torpeza política de pactar bilateralmente con Aznar: «Da la impresión de que Zapatero firma con el PP porque tiene una especie de mala conciencia, como si se hubieran asumido las acusaciones de la derecha, eso de que los socialistas tienen que purgar la corrupción y los crímenes de Estado». «Es como si el nuevo líder del PSOE necesitara comportarse como un chico educado para volver a ser aceptado por la derecha.» «Da la sensación de que Zapatero piensa que tiene tiempo por delante y puede administrarlo para llegar al poder.»

Como verás, Luis María, ni una alusión a los principios, ni una referencia a que la unidad entre los dos grandes partidos es fundamental para acabar con el terrorismo. El consejero delegado de Prisa daba por hecho que Zapatero apoyaba el Pacto Antiterrorista por motivos puramente tácticos. Y tristemente tenía razón.

Quienes en marzo de 2004 votaron a Zapatero lo hicieron en base a un programa electoral que excluía el diálogo y asumía como propia la política de la derrota de ETA: «Nos comprometemos al cumplimiento escrupuloso y estricto del Pacto de Estado por la Libertad (sic) y contra el Terrorismo suscrito entre el PSOE, el PP y el Gobierno de la Nación. Nos comprometemos a mantenerlo vivo y en vigor hasta la derrota total de ETA o su disolución efectiva».

No sabría decirte en qué momento esas promesas se diluyeron en una traición; si fue antes o después de las elecciones cuando Zapatero sustituyó la política de Estado consistente en pactar con el PP para acabar con ETA por la estrategia partidista de pactar con ETA para acabar con el PP. Sólo sé que ni siquiera las bombas le harán rectificar, porque se lo ha balbuceado al nuevo director de El País: «El único compromiso que tiene el Gobierno, que tenía en el proceso, que tiene, es el fin de la violencia, con diálogo». E intuyo también que esa contumacia sólo puede agravar su fracaso. El pasado martes, el propio Cebrián, en un artículo que revela el estado de ansiedad del PSOE y su entorno, ponía en duda el liderazgo de Zapatero y su capacidad para dirigir la orquesta nacional. El futuro no es lo que era, Luis María. Es de Rajoy.

OSCURAS SILUETAS EN UNA VENTANA

Querida Cayetana...

Ya me esperaba yo que la periodista de rubia inteligencia y minifalda azul iba a fugarse del fútbol calderoniano para retornar al tema político, zarandeada por los vientos de fronda entre Génova y Moncloa. Así que tomo sin entusiasmo el aburrido testigo que me brindas, desde tu pluma delicada, y corro veloz para hacerte una pregunta: ¿Será verdad que mi querida y admirada Teresa Fernández de la Vega viajó a Ginebra, tras el atentado de Barajas, para entrevistarse con los representantes de la banda terrorista Eta y del Gobierno español en la negociación política promovida por nuestro presidente iluso? En mi canela fina de 5 de enero, titulada «Zapatero mantendrá bajo cuerda la negociación política con Eta», anticipaba yo, en scoop suculento para algunos, que, a pesar de la orden zapateril de suspender el diálogo con Eta, la negociación bajo cuerda proseguía. Hispanidad es el periódico electrónico, habitualmente bien informado, que ha desvelado ahora la noticia del viaje de la vicepresidenta.

Me cuesta trabajo creer que Teresa Fernández de la Vega se haya prestado al papel felón del contacto con Eta tras la catástrofe. No me cuesta ningún trabajo, sin embargo, admitir que Zapatero, embustero, mintió una vez más en su declaración pública tras la tragedia y que entonces y ahora pensaba y piensa continuar la negociación política con Eta, a pesar de los «accidentes mortales» provocados por la banda. Ya no engañará a nadie y ni siquiera es necesario esgrimir las citas con que alimentas las llamas del fuego político. Zapatero tenía decidido convocar la mesa de partidos y llegar a un acuerdo con Batasuna y sin el PP. Gara ha desvelado el contenido, en ese sentido, de una reunión en diciembre pasado entre los enviados de Zapatero y los batasunos-etarras. Puedes estar segura de que el presidente por accidente intentará proseguir con esa política indigna a pesar del bombazo de Barajas.

Querido Luis María...

Está bien: calderoniana me quieres y calderoniana me tendrás. Pero seguiré con las citas. Escena primera: dos siluetas oscuras en una ventana de la Moncloa. «El silencio es retórica de amantes». Sí, «en las venturas de amor, dice el que más calla». Escena segunda: una mujer menuda arroja luz sobre las sombras. «Cosas hay que aunque se digan, no son para que se entiendan». Escena tercera: el hombre de la barba cana advierte a la multitud. «La intención hace el agravio y el valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad».

Así transcurre esta semana intensa y antidemocrática, que nos aleja siete días de la tragedia y nos arrebata definitivamente los nombres siempre largos, eternos, de las víctimas. Una semana que le permite a Zapatero reunirse discretamente con Ibarretxe y reactivar impúdicamente el cordón sanitario contra el PP. Un guiño de Batasuna, un escorzo de Imaz, un silencio de Rubalcaba, una estridencia del Supremo y, con o sin viaje a Ginebra, todo vuelve a su sitio. Un sitio donde reinarán el secretismo y las ambigüedades, donde no se debatirán las iniciativas parlamentarias impulsadas por Rajoy para derrotar a los terroristas bajo el pretexto de que contribuyen a «un debate estéril» que «desmoraliza a los ciudadanos.» ¿A qué ciudadanos? ¿A los que son demasiado estúpidos como para comprender lo que está ocurriendo? ¿A los que flotan como un corcho en el aceite virgen del bienestar? Lo que está en juego, Luis María, no es sólo quién gana, si las víctimas o los verdugos, sino también la pervivencia de nuestro régimen de libertades. Por eso, porque este bien no es pequeño y porque si la vida es sueño ETA no tiene derecho a despertarnos, espero impaciente la última escena de este drama: exit Zapatero y cae el telón.

LA HISTORIA COMO MAESTRA DE LA VIDA

Querida Cayetana...

Tras tu suculento exit a Zapatero, he leído de un tirón el libro de Pilar Eyre Secretos y mentiras de la Familia Real. No se trata de un relato del corazón. Nuestra compañera ha escrito un libro serio, muy bien documentado y en muchos aspectos aleccionador, un libro que incita a la reflexión porque la Historia sigue siendo maestra de la vida y de la política. Excelente trabajo el de Pilar Eyre.

Antes de redactar esta carta, he terminado Guatemala, el silencio del gallo. Carlos Santos relata con bella escritura la peripecia del misionero Luis Gurriarán en Guatemala. El «primum vivere, deinde philosophari» de los clásicos se entiende aquí en toda su extensión. El gran reto del siglo XXI es la justa distribución de la riqueza mundial. Eso lo anticipó Juan XXIII en la Mater et Magistra y la Pacem in terris. También Pablo VI en la Populorum progressio y, sobre todo, Juan Pablo II en la Sollicitudo rei socialis. En 1974, Arnold Toynbee me dijo en Londres que la brutal desigualdad de la riqueza y la miseria de los países del mundo subdesarrollado desencadenaría una III Guerra Mundial no convencional: la de la inmigración y el terrorismo. Le pedí un artículo para el ABC verdadero sobre este asunto. Lo escribió. Y en eso estamos. Libros como el de Carlos Santos nos hacen chocar de frente con la espantosa realidad de la que no queremos enterarnos. Semana interesante, en fin, de libros aleccionadores. No dejes de leer Dictadores, de Overy, implacable con Hitler pero también con Stalin. Todavía hay en España muchos comunistas estalinistas y algunos nazis. ¡Qué horror! Te recomiendo también los sosegados Diarios de Ernest Jünger.

Asistiré, claro es, al Festival Flamenco de Madrid. Blanca Berasátegui me recomienda la intervención de José Mercé. Un día te contaré mis reflexiones sobre el flamenco, inspiradas en la profundidad de Ortega y Gasset. Mariano Navarro, por otra parte, elogia una exposición de Jordi Teixidor, que visitaré en cuanto el agobio de tus cartas me lo permita.

Por cierto, que Eguiguren ha convencido a Zapatero de lo que el presidente estaba ya convencido tras la barbarie de Barajas: que había que seguir negociando, pues, en otro caso, Eta volverá a matar y con nuevos muertos sobre la cama de Moncloa -Sonsoles espantada- no será fácil ganar las elecciones. Mejor bajarse los pantalones y arriar la dignidad, una vez más, por lo menos hasta la convocatoria de las generales.

Y Mingote, Cayetana, que sigue siendo el genio del humor español. El novio de Celia, lo que dice, se acerca furioso a su novia que está en brazos de otro. «Es mi novio -dice Celia- que no sabe de política y no comprende por qué tengo yo un plan B como recomienda Felipe González».

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