Al poco tiempo, las escenas, las confidencias y los secretos de los protagonistas de Camera Café se convirtieron en tema de conversación en lugares de trabajo, cafeterías, hogares, mercados... y, una vez que comenzó a funcionar la maquinaria del boca a boca, el programa fue ganando en audiencia hasta finalizar la temporada 2005/06 con una media de cuota de pantalla del 22,2% y 3.574.000 espectadores. En el primer trimestre de este curso, Telecinco la ubicó en la sobremesa de los sábados y en el prime time de los domingos y se convirtió en líder absoluto en su franja de emisión con una media del 23% de share.

Esta noche, la cuadrilla de canallas (Quesada, Antúnez, Palacios, Bernardo, Martín, Cañi, Marimar, Cañas, Mónica, Richar, Nacha...) que dirige Luis Guridi se tomarán su café número 200. «El éxito de la serie es que para construir los guiones tiramos del manual humano, de los fallos más frecuentes, de tópicos. Nuestra máxima es meternos con todos y no meternos con nadie», comenta Guridi.

Magnolia, la productora del programa, compró los derechos de adaptación de la versión italiana -el formato original es francés- y aunque las condiciones del contrato eran muy cerradas y no permitían muchos cambios, sobre todo en el guión, Guridi y su equipo han reconstruido los personajes. «Los hemos hecho un poco a nuestra imagen. Teóricamente deberíamos haber utilizado los guiones franceses, pero de hecho nuestros personajes se han separado del perfil francés. Cada país tiene su idiosincracia y eso es importante reflejarlo». Así, mientras en Francia, Antúnez es el prototipo de jefe mandamás, aquí es un ciclotímico que se mueve entre el afecto y el desprecio hacia sus empleados; y Quesada, en Italia representa al machista inaguantable, en España responde al perfil de hijo puta salao, de pícaro, de un viva la virgen.

Guridi subraya que ninguno de los guionistas ha trabajado jamás en una empresa y que el eje de los argumentos de los sketches parten de una situación, de un error humano. «Si juntas en un recinto todos los días a un grupo de personas de una empresa, sale Camera Café». Los tacos y algunas expresiones no socialmente correctas son una constante en las conversaciones de algunos de los protagonistas, pero el director lo razona: «Los tacos son parte del lenguaje y bien empleados no ofenden. En muchas personas es su forma de hablar».

Problemas de espacio

Para conseguir la media hora de sonrisas, risas o carcajadas que proporcionan los empleados que se escaquean frente a la máquina de café más famosa de la televisión, se pone un marcha un equipo formado por más de 30 personas entre guionistas, productores, técnicos, maquilladores, atrezistas y, por supuesto, los actores.

El ritmo de trabajo es de grabar tres o cuatro sketches diarios. «Contamos con la ventaja de que los guiones los tenemos hechos desde hace tiempo por lo que el día a día se centra exclusivamente en el proceso de realización», comenta el director que, acostumbrado en su etapa anterior a dirigir películas en grandes decorados y exteriores, ahora se ve condicionado a desarrollar toda la dramaturgia en un espacio no superior a los 30 metros cuadrados y toda la acción vista desde un sólo punto de vista: el de la máquina de café. «El esfuerzo de la serie es sorprender. Como no hay espacio no puedo realizar y, por tanto, todo el peso cae sobre el guión, y el ritmo lo tiene que dar la historia y los actores», concluye el director.

Telecinco tiene comprados trescientos y pico programas, y en Camera Café irán creciendo otros personajes como Choche, la mujer de la limpieza o Paco el brasas.