J. M.
Nada insinuaba que Amélie Mauresmo se iba a apear en los dieciseisavos de final cuando dominaba por 4-1 a Lucie Safarova, 41ª del mundo y hasta ayer más célebre por ser la novia de Tomas Berdych que por sus andanzas en el circuito. «Incluso entonces, sentía que no estaba jugando bien», comentó la defensora del título, cuya derrota, unida a la ausencia de Justine Henin-Hardenne, aún número uno del mundo, colocará a Maria Sharapova de nuevo en lo más alto dentro de siete días.
Safarova se mostró extraordinariamente agresiva y logró intimidar a Mauresmo. Su condición de zurda le facilitó el trabajo. «Traté de presionarla, de conseguir golpes ganadores», comentó después. El despegue de esta tenista de 19 años se ha visto atenuado por las lesiones, pero todo apunta a que no tardará demasiado en ingresar entre las mejores.
La caída de Mauresmo no fue el único sobresalto. Svetlana Kuznetsova, tercera favorita, perdió con la emergente israelí Shahar Peer, y Elena Dementieva, séptima preclasificada, cedió ante la checa Nicole Vaidisova. Tras eliminar a Petrova, Serena Williams, doble campeona del torneo, se coló en los cuartos de final gracias a su triunfo contra Jankovic.
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