La ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, «transmitió» al presidente de Air Madrid cuatro días antes de suspender las actividades de la compañía aérea que no le quitaría la licencia para volar. Esto es al menos lo que comunicó por escrito José Luis Carrillo a todos sus empleados el pasado 13 de diciembre, un día después de reunirse con Alvarez.
El hotelero mallorquín prometió por carta a sus trabajadores que «la compañía saldrá adelante» y utilizó entonces como principal argumento el contenido del encuentro que mantuvo con Alvarez el 12 de diciembre.
«Ayer estuvimos reunidos, acompañado por Julio Martínez (adjunto al presidente) y Fernando Guerrero (director de operaciones), con Doña Magdalena Alvarez -ministra de Fomento- y nos trasmitió que no es intención del Ministerio la suspensión de la licencia», anunció Carrillo.
«Esperan que dentro del plazo se presenten las medidas correctivas acordadas y si son satisfactorias quedará todo sin efecto», aventuraba en vísperas del 15 de diciembre, fecha en la que Air Madrid decidió unilateralmente suspender sus operaciones de vuelo y dejar en tierra a 130.000 pasajeros con billete.
En la madrugada del 16 de diciembre, en una decisión sin precedentes en la historia de la aeronáutica comercial española, el Ministerio de Fomento aludía a problemas de seguridad para impedir a Air Madrid seguir volando y ordenó la suspensión de su certificado de operador aéreo. La drástica decisión estuvo precedida por la cita entre Carrillo y Alvarez, tras la cual el empresario auguró a sus empleados que «todo se aclarará y no pasará absolutamente nada».
De hecho, Carrillo concluía su misiva reiterando su «convencimiento» de que «no nos quitarán la licencia y la compañía saldrá adelante con la ayuda de todos». No obstante, admitía que «estamos atravesando un momento difícil». «Más aún», subrayaba, «después de la increíble nota de prensa emitida por el Ministerio de Fomento en la cual informa de la posible suspensión de nuestra licencia».
El contenido de la conversación desvelado por Carrillo contrasta con las declaraciones que efectuó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el 19 de diciembre, aseverando que «el tema (la retirada de la licencia de Air Madrid) estaba sobre la mesa desde hace semanas» y «era inevitable». Y es que, siempre según Carrillo, Alvarez no sólo le dio esperanzas de que la crisis podía resolverse sino que le comunicó que «no es intención del Ministerio la suspensión de la licencia».
Cabe recordar que Aviación Civil argumentó su decisión basándose en «la falta de cumplimiento del programa de mantenimiento de los aviones, la inexistencia del sistema de calidad, la falta de control y garantía en la organización diaria de esas tareas y la falta de control en los diferidos del avión (el plazo en el que se deben solventar las irregularidades detectadas tras cada vuelo)».
Fomento había exigido a Air Madrid la presentación de un plan corrector de las deficiencias detectatadas en la aerolínea que ésta entregó el 16 de noviembre. El Ministerio rechazó el plan y le comunicó a la compañía el 12 de diciembre la «posible» suspensión de su licencia dándole un nuevo plazo para presentar alegaciones.
Personas que se reunieron con Carrillo el jueves 14 de diciembre, un día antes de la suspensión, afirman que el empresario no estaba pensando en cancelar las operaciones y que creía, tras su encuentro con Alvarez, que la suspensión de la licencia no se aplicaría, ya que la Dirección de Aviación Civil nunca había adoptado una medida semejante contra una línea aérea. Según estas fuentes, Carrillo tomó la decisión de paralizar sus operaciones en la mañana del mismo viernes 15.