ANDREW CLARK / The Guardian / EL MUNDO
NUEVA YORK.-
Su trabajo diario es equilibrar las cuentas de la única superpotencia mundial. Pero el secretario del Tesoro de EEUU, Hank Paulson, quiere que su legado se extienda por todas partes: en la recuperación de praderas, en la protección de los humedales y en el cuidado de las especies amenazadas.
Esta semana se supo que Paulson, ex jefe ejecutivo de Goldman Sachs, ha decidido donar toda su fortuna, de 800 millones de dólares, para obras caritativas relacionadas con la protección del medio ambiente.
Su generosidad se enmarca en un inusitado auge de la filantropía entre los superricos de EEUU provocada en parte por la decisión del segundo hombre más rico del planeta, Warren Buffet, que el año pasado decidió entregar el 85% de los 45 millones de dólares que tiene en sus cuentas bancarias a la fundación sanitaria que ha creado Bill Gates, el fundador de Microsoft.
Reclutado para la Administración Bush en julio pasado, Paulson, de 60 años, es aficionado a la observación de aves, a la pesca y a la escalada y suele pasar sus vacacioones en regiones remotas como la Amazonia o la región china de Yunan. Ya el año pasado transfirió 100 millones de dólares de sus acciones en Goldman Sachs a la Fundación Bobolink que ofrece ayudas a organismos como la Alianza por la Selva Tropical, la Asociación para la Conservación de Aves y la organización Rail to Trails que transforma vías férreas en senderos.
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