ANA CONDA
No hay derecho. Ya no puede ir una tranquila por la calle con su laca y sus morros color chocolate nacarado. Vivimos en una urbe llena de filólogos stripper y es lo que tiene, que se han perdido las formas. Que a Tamara le pegan tres collejas... Pues nada, que ahí se quede con su meninge atolondrada y frita por el amoniaco... No hay corazón, por Dios, si es una pobre homeless musical. Qué fuerte. Que paguen al menos a su madre como segurata. Por cierto, ¿dónde estaba Margarita Sixfingers con su bolso y su palé de ladrillos cuándo se la necesitaba? Donde todas las madres, enganchada al Marie Brizard y al cinquillo, como si lo viera...
Qué milenio estamos viviendo. No hay valores. No hay valores. Pero si hasta a Aramís Fuster, con ese cabello náilon al 95% y 5% de polietileno, que como un día se le caiga una cerilla en el recogido se nos desintegra, le han robado sus maletas en el aeropuerto ante su rímel water prof y ni una maldición pudo echarle a los ladrones que, a todo esto, deben chutarse pegamento porque, ojo, maletas de polipiel...
Qué tiempos nos han tocado vivir. Ya, con una carrera terminada, por ejemplo, una filología eslava o una biología, nadie te asegura que no termines enseñando el culo a tres tiempos en una sala de fiestas. Y la cosa no queda ahí, porque cuando nunca has necesitado ni hacer una carrera ni un BUP ni relacionarte con ese tipo de gente que estudia, porque eres una rica heredera con tus millones y tal, quién te dice que no acabes enganchada a Joan Ridao y a sus medias cristal. O vendiendo peladillas en La Latina.
Aunque no sé yo, que ese sitio tiene mal fario en lo que se refiere a traumatismos perniles. La Pantoja, que se debió tropezar con el cable de la Epilady, porque aquel dinerito que tenía en el bolso confiscado era para una Silkepil móvil, ahora está escayolada, Concha Velasco con el tobillito como un barrilete por el vudú de Enrique del Pozo que todo lo que tiene de papada lo tiene de malo y mientras, el padre de Mari Sofi Mazagatos considerando que su hija es peor que Marujita Díaz con una crisis de ansiedad y lo suelta en una revista.
¿A qué viene esto de Mari Sofi? No sé, pero tenía que comentároslo. Como el rollo de Marujita y el duque de Cádiz. Es pensar en la ingle de esa folk star y en la de Borja Thyssen y prefiero que me asen en un camping gas a media temperatura.
No obstante, tengo que llamar a Tamara para que no se le ocurra mentar en sus entrevistas el término «inseguridad ciudadana», que bastante tiene ya mi Alberto (Ruiz-Gallardón) con el desplante de Tim Robbins. Ya le dije yo: «Alberto, tú ni caso. Es como Pilar Bardem pero en versión USA». Como se le ocurra decir a Tamara ni esta boca es mía, voy a ser yo la que le meta cuatro chufas. Habráse visto la colega... Mira que te meto como Naomi Campbell a su asistenta.
|