Finalmente, la disputa se ha saldado con 32 millones de libras -más de 47 millones de euros- para Heather Mills, quien, en el momento en que acusó a su ex marido Paul McCartney de maltratador, borracho y drogadicto, sintió cómo el Reino Unido se le echaba encima. Uno de los más famosos periodistas televisivos del país, Jonathan Ross, miró a la cámara y con su tono ácido, hiriente y provocador, soltó: «¡Menuda jodida embustera! No me extrañaría que dentro de poco nos enteráramos de que en realidad no le falta una pierna».
A finales del pasado verano, los periódicos recogían las constantes acusaciones de Heather contra su ex, en lo que se interpretó como una estrategia para conseguir un buen pellizco tras cuatro años de matrimonio.
Mills se convirtió en la segunda esposa del ex beatle en 2002. La boda, a la que asistieron Clinton, Bono y muchos más famosos, estuvo precedida de todo tipo de comentarios.
Heather nunca cayó bien. Ni en chez McCartney, donde la preferida, Stella, dejó claro que la chiquita esa que rondaba a su padre no era más que una cazafortunas, ni en la sociedad, que veía a la rubita lánguida que se colgaba del brazo del Sir como una burda imitadora de la inimitable Linda McCartney.
Stella estaba tan poco convencida de las buenas intenciones de aquella mujer, sólo cuatro años mayor que ella, que luchó para que papá firmara un contrato prematrimonial. A él le pareció poco glamouroso, pero accedió: en caso de divorcio, la indemnización no superaría los 20 millones de libras. Al cabo, la ruptura. Y el escándalo. El 17 de mayo pasado, la pareja confesó al mundo entero que su historia de amor había acabado y cada uno tomaba su camino.
Parecía una despedida pacífica, pero la batalla entre uno y otro comenzó a librarse en los medios. The Sun reveló unas fotos más que calientes de Heather, cuando a finales de los 80, con apenas 19 años, se dedicó o bien al porno, que es lo que dijo el diario sensacionalista, o a ilustrar unos manuales de educación sexual que, más o menos, es lo que vino a poner ella como justificación.
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Siempre se pensó que McCartney estaba tras aquella maniobra, con la que pretendía bajar los humos revindicativos de Heather.
Desacreditada por su pasado, viendo que el acuerdo prematrimonial no le permitía llenarse los bolsillos con un buen pellizco de la fortuna de Sir Paul -se calcula que el ex beatle acumula unos 825 millones de libras, el equivalente a 1.250 millones euros-, la Mills acusó a Macca de «maltratador, borracho y drogadicto» a finales de septiembre.
Los periódicos empezaron a publicar sus acusaciones y Paul fue al psicólogo para que lo sacara de la depresión que padecía. Y llamó a consulta a los abogados, por supuesto.
Heather Mills, por más que se empeñó, nunca consiguió reemplazar a la neoyorquina Linda, el gran amor de Paul. Linda murió en abril de 1998, y tanto el ex beatle como los tres hijos del matrimonio -Mary, Stella y James- quedaron profundamente afectados.
De golpe apareció ella. En un momento en que él estaba debilitado emocionalmente y se dejó caer en sus brazos. ¿O realmente Heather era el nuevo amor de su vida?
Con un tormentoso pasado de abandonos, abusos y precariedades, en 1993 Mills sufrió un gravísimo accidente. Un policía en moto la atropelló frente a Kensignton Palace. Perdió una pierna. De ahí el comentario malévolo del periodista Jonathan Ross. Heather se convirtió en defensora de causas nobles, capitaneó campañas contra las minas antipersona y defensa de los animales y cuando algunos la acusaron de pesetera hasta McCartney la defendió.
Una hija de por medio
La pareja vivió momentos felices cuando el 28 de octubre de 2003 nació Beatrice, una hermosa niña cuya custodia tiene ahora Heather. La situación entre ambos ha llegado a ser tan tensa que el día que la niña cumplió tres años estuvieron en el mismo lugar -el zoo- pero separados por una distancia de seguridad.
Paul ha decidido llegar a un acuerdo privado para que los trapos sucios no se laven en la prensa. McCartney le entregará a su ex 32 millones de libras en dinero y en propiedades: una casa en Londres valorada en cuatro millones de libras (seis millones de euros) y otra en Berverly Hills tasada en seis millones de libras (nueve millones de euros), según revelaba ayer News of the World.
El problema es que Mary y Stella, hijas de Paul, sí querían llegar a juicio para que Heather se retratara ante el mundo entero como una mala pécora, mentirosa y pesetera. De eso la acusaron los medios, y ella se revolvió: «No soy una cazafortunas. Que digan eso es peor que haber perdido mi pierna». Antes de hacerse oficial el divorcio dijo que no tenía interés en el dinero y que lo que le correspondiera lo donaría a una ONG dedicada a la lucha contra las minas antipersona. Habrá que verlo.
LO DICHO Y HECHO
«No soy una cazafortunas. Que digan eso es peor que haber perdido mi pierna»
1968: Año de su nacimiento. 1988: Participa en una sesión fotográfica de porno que se revela 20 años más tarde. 1989: Se casa con Alfie Karmal. 1991: Se divorcia. 1993: Sufre un accidente en el que pierde una pierna. 2002: El 11 de junio se casa con Paul McCartney. 2003: Nace Beatrice Milly, hija de ambos. 2006: La pareja anuncia su divorcio, precedido de todo tipo de acusaciones, tras cuatro años de matrimonio.
