HÉCTOR MARIN
S. VICENÇ DELS HORTS.-
Con «diligencia» y «responsabilidad».Así es como, a juicio del conseller de Educació, Ernest Maragall, actuó la Generalitat en el caso de acoso escolar sufrido durante 14 años por un joven en Sant Vicenç dels Horts. El alumno, de 17 años de edad y al que los traumas psicológicos le impedían ir a clase, se ha marchado a vivir a 190 kilómetros del domicilio familiar para poder llevar una vida sin sufrimiento.
Según el conseller, es un caso conocido por el Departament desde hacía «bastantes años», pero muchos conflictos como éste han podido ser resueltos o evitados gracias a los planes de convivencia y de mediación. Maragall expresó que el caso del alumno de Sant Vicenç dels Horts ha gozado de «mucha atención e interés». «No estamos descubriendo nada», añadió Maragall, quien a continuación aseguró que su departamento mantiene el seguimiento del caso y realiza acciones en relación con el propio alumno.
Mientras, el presidente de la Asociación contra el Acoso Escolar en Cataluña (ACAECAT), Jordi Frauca, y padre del niño víctima de acoso, considera una «irresponsabilidad» e «indiligencia» las declaraciones del conseller. «El Departament no actuó de forma coherente ni responsable; tampoco el centro escolar. Tendría que proponer medidas drásticas para acabar con el acoso, en lugar de decretos como el que va a entrar en vigor, que facilita que las víctimas puedan cambiar de centro».
La familia del menor decidió enviarlo a vivir a casa de unos amigos, situada a 190 kilómetros de distancia de Sant Vicenç dels Horts. Eso pasó después de que uno de sus maltratadores habituales le amenazara con una navaja en plena calle. La vida del alumno era un martirio desde la infancia. Se había resignado a ser el blanco de todas las burlas.
Según la ACAECAT, las agresiones contra el chico venían produciéndose desde que era un preescolar. A los insultos y escupitajos de la infancia les siguieron palizas en la educación primaria y las agresiones y amenazas a las puertas del colegio en secundaria.Y todo ello, a pesar de que los padres le cambiaron de centro en varias ocasiones. Pero las amenazas y agresiones se extendieron al resto de la familia del chico, que decidió denunciarlo. Las querellas fueron archivadas al ser los agresores menores de 14 años. Uno de ellos incluso amenazó a la víctima en un programa de televisión.
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