Uno de los paisajes más hermosos y geológicamente más valiosos del mundo está en peligro por culpa de un barco encallado ante las costas de Devon. El MSC Napoli fue vapuleado por las olas durante la tormenta que el jueves azotó Europa y hoy está encallado a pocos metros de la llamada Costa Jurásica de Inglaterra, una joya natural especialmente protegida en peligro por culpa de una mancha de combustible vertido por el buque y por el contenido peligroso de algunos contenedores que empiezan a desprenderse de la cubierta del barco.
Hasta ahora se han desparramado por el agua 200 toneladas de crudo. No es una cantidad preocupante, pero en las entrañas del Napoli hay otras 3.500 toneladas de fuel que si no se recuperan antes de que el barco se parta -y el riesgo es alto- pueden quedar libres y provocar una catástrofe.
«Se han visto brillos de crudo saliendo del MSC Napoli, que se sospecha proviene del crudo vertido en los espacios de maquinaria inundada», explicó la agencia de guardacostas en un comunicado.
El Napoli, un carguero de 62.000 toneladas de peso que transporta 2.394 contenedores, quedó a la deriva el pasado jueves a causa del oleaje provocado por el temporal Kyrill, que dejó más de 40 muertos a su paso por el continente.
Después de que sus 26 tripulantes fueran evacuados en helicóptero, las autoridades decidieron remolcar el barco, a 40 millas -poco más de 60 km.- de las costas de Cornualles, hacia el puerto de Portland, en Dorset.
De lo que se trataba era de evitar que el Napoli se hundiera con todo el cargamento, llevándose al fondo del mar y posteriormente liberando el crudo y las mercancías peligrosas. Sin embargo, una fisura en el casco de la nave por donde se empezó a filtrar el combustible de la sala de máquinas hizo abandonar la idea. Al final se decidió dejar el carguero encallado ante las playas de Branscombe, en la Bahía de Lyme.
La Costa Jurásica fue calificada el año pasado por el Gobierno británico como uno de los 32 entornos en los que el medio ambiente estaba más amenazado. Por eso se restringió el paso de barcos, y los que podían surcar las aguas frente a ese territorio debían hacerlo cumpliendo unos requisitos mínimos. Se trata de una orilla de 155 kilómetros de largo donde que en sus rocas conservan rastros de hace 185 millones de años.
Doscientos contenedores han llegado a la playa. Los vecinos del condado de Devon se han acercado para abrirlos y llevarse las mercancías. Entre los objetos recuperados, algunas motos BMW de gran cilindrada y piezas para fabricar coches. Sin embargo, eso no es lo que más preocupa a las autoridades.
Sustancias nocivas
Al menos 157 de los depósitos del Napoli están repletos de perfumes, pesticidas, líquidos tóxicos y botellas de gas que se utilizan para llenar los airbag de los coches. Si estas sustancias se desparraman, sus efectos pueden ser tan nocivos o más que los del crudo almacenado en el buque.
Las labores para bombear las 3.500 toneladas de combustible a otro barco está previsto que empiecen hoy. «Esperamos al segundo petrolero para comenzar la aspiración con la bomba. El barco debe llegar mañana [por hoy]», señaló el portavoz de la sociedad británica Zodiac Maritime, armadora del buque.
Además, el responsable de los guardacostas aseguró ayer que las operaciones para extraer el fuel podrían durar «varios días».
Una vez concluida esta misión, el segundo paso será descargar, con la ayuda de dos grúas, todos los contenedores. Luego, se tratará de remolcar el barco a algún puerto próximo.
Este mismo barco sufrió un accidente similar en 2001. Entonces no se llamaba Napoli, sino Normandie y quedó encallado en una barrera de coral en el Estrecho de Malaca, en las proximidades de Sumatra. Un lugar por donde pasan a diario unos 150 cargueros. La nave tuvo que ser reparada en dique seco durante semanas, arreglo que incluyó la soldadura de 3.000 toneladas de metal en su casco rasgado.
Esa misma estructura es la que ahora, debido a los vaivenes del mar, se ha resentido. A través de las fisuras aparecidas a ambos lados del buque es por donde se está filtrando el combustible.
La Agencia Marítima del Reino Unido confía en que las 3.500 toneladas de fuel que aún quedan en el interior del barco estén en depósitos que no han resultado dañados.
Pese a todo, se han colocado en las desembocaduras de los ríos próximos barreras para evitar la entrada de combustible y otros productos tóxicos que, eventualmente, se pudieran desparramar del barco. Los intentos de protección de la flora y la fauna de la Costa Jurásica no han podido impedir, sin embargo, que algunas aves hayan sido encontradas ya impregnadas de fuel.
