Los distribuidores españoles analizan la realidad del cine español con motivo del desarrollo de la nueva ley y critican que, en su opinión, sea la distribución quien asuma las consecuencias de un crecimiento desorbitado del número de pantallas, que en una década ha pasado de 2.672 a 4.398, cifra de salas por ciudadano sólo superada por Estados Unidos y Canadá.

«Esta concentración de la que acusan a la distribución es precisamente la que no se da en la exhibición», como explica FEDICINE. Para la Federación, «el ratio de pantallas de cine de España es de los más altos del mundo y no tiene sentido que sea la distribución quien asuma las consecuencias de un crecimiento desórbitado e ilógico», apunta Servimedia. Por otro lado, la organización echa en falta que la nueva norma no limite la publicidad máxima que se exhibe en las salas españolas.

No comparten que la Ley del Cine incluya en sus artículos un listado de «conductas prohibidas» a distribuidores y exhibidores que determinen su actividad ni los criterios por los que considera si un distribuidor o un exhibidor es o no independiente y, por tanto, reciba una protección especial.

FEDICINE entiende que las relaciones comerciales entre empresas no necesitan de ningún tipo de intervención pública, ya que es «el propio mercado quien debe dictar sus reglas con el paso del tiempo», explica la organización representante de los distribuidores en un comunicado, a la espera de adaptarse a «un nuevo mercado determinado por la piratería y la globalización».

El apoyo a las nuevas tecnologías y al cine europeo y al cortometraje ha sido bien acogido por parte de FEDECINE, según informa Efe, aunque sugiere que no se limite la publicidad en las pantallas de cine.