Andrea Chénier, que llevaba 22 años sin representarse en Barcelona, abrirá la agenda en septiembre, con José Cura y Deborah Voight como protagonistas. En noviembre, los Alex Ollé y Carlos Padrissa, de La Fura dels Baus, llevarán a escena la ópera El castillo de Barbazul, de Béla Bartók, y el ciclo de canciones Diario de un desaparecido, de Janácek. Ese mismo mes, se estrenarán, en el foyer del teatro, dos óperas breves del catalán Lleonard Balada: Hangman, Hangman! y The town of greed.

Mucho más popular, la monumental Aída verdiana tendrá como protagonista más mediático al imprevisible tenor Roberto Alagna; mientras, La Cenerentola, de Rossini, contará con puesta en escena del director de Comediants, Joan Font, y la voz de Juan Diego Flórez.

En febrero, y después de 18 años de ausencia, la Elektra de Strauss volverá al escenario catalán, con Deborah Polaski y Eva Marton en los principales roles femeninos. En versión de concierto, en cambio, están previstas Lucrecia Borgia -con Edita Gruberova, Ewa Podles y Josep Bros- y La valquiria -con Plácido Domingo-. También de Wagner podrá verse un nuevo Tannhäuser.

En mayo, le llegará el turno a la gran estrella de la temporada, Muerte en Venecia, de Britten, un título hasta ahora inédito en España y cuya puesta en escena, dirigida por Willy Decker, coincidirá con el espectáculo coreográfico homónimo del Hamburg Ballet. El curso se cerrará con otro Verdi, Luisa Miller, y la reposición del polémico Don Giovanni, de Calixto Bieito.