El central sí cumple los requisitos del técnico mexicano, que lleva pidiendo un zurdo para ese puesto desde que llegó. Eller (Linhares, Brasil, 1977) ha sido una vez internacional. Fue el 24 de abril de 2005, en el partido que supuso la despedida de Romario de la selección, una victoria sobre Guatemala. Los más atentos lo recordarán en la final del pasado Mundialito de clubes, cuando el Internacional de Porto Alegre se impuso al Barcelona. Ese título, junto a la Copa Libertadores de 2006, es lo mejor que ofrece un tipo que se ha movido bastante. Empezó en el equipo de su ciudad para pasar al Vasco da Gama (1995-2001), Palmeiras (2001-2002), Flamengo (2002-2004), Fluminense (2005), Trabzonspor (su actual propietario) e Internacional, donde está cedido. En estos años también tuvo tiempo para llenarse los bolsillos durante seis meses en el Al Wakrah qatarí.

La intención del Atlético era firmar al jugador para el próximo verano, pero ha acelerado la operación el optimismo desatado en los despachos, extensible al técnico y al vestuario. Se trata de apuntalar un equipo que ofrece hoy la mejor primera vuelta de la última década. Desde la campaña 1996/1997, cuando sumó los mismos 35 puntos que ahora luce, sólo la campaña de Manzano (2003/2004) se le puede asemejar. Entonces, con 31 puntos, mejoraba el puesto, era cuarto, aunque a seis puntos del tercero (Deportivo). Hoy es quinto, pero tiene a tiro de un punto al cuarto (Valencia), y a tiro de tres a Real Madrid, Sevilla y Barça, este con un partido menos.

«Estamos donde queríamos estar», dice Aguirre, y reconoce que la estética debe mejorar. «Con 25 ó 26 puntos en la segunda vuelta estaremos en UEFA», explicó el técnico en una entrevista televisiva el pasado domingo. «Ya, pero lo que tenemos que tratar es de repetir 35 puntos, sumar 70. Eso, este año, te asegura la Liga de Campeones», matiza un directivo. Y la Champions es lo que de verdad interesa a la institución, que vería así el adiós a una época oscura. La UEFA estaría bien, pero sería un premio menor, pues se trata de una competición deficitaria para un club como el Atlético.

Números para el regocijo de una afición encantada. En el Calderón renuncian, de momento, a la belleza. «Llevamos 10 años en la nada. Además, ¿quién juega al fútbol en esta Liga?», se preguntan los más entregados, que soportan como pueden un dato: el equipo sólo ha ganado la mitad de los partidos en el Calderón. Ha cedido dos empates y tres derrotas, cifras asumibles por la impecable trayectoria como visitante (una derrota en nueve duelos). Asentados en un impecable trabajo defensivo -esgrime 13 goles en contra, el que menos junto al Getafe- y en un detalle que a pocos se les ha escapado. «Este año se dejan los huevos», explica el mismo directivo, gustoso de su anonimato.

El equipo regresa hoy al trabajo y, entretanto, García Pitarch, el director deportivo, sigue trabajando en alguna incorporación más antes del próximo miércoles, día 31. Hay negociaciones con el costamarfileño del Auxerre Kanga Akalé, pero en el club se trabaja, especialmente, en la contratación de un joven futbolista con mucho nombre. El sigilo de esas conversaciones se mantendrá hasta el final. Tras la frustración del fichaje de Quaresma -que probablemente llegará en junio-, en el Atlético no quieren que esa perla, como la definen, se escape por un mal movimiento.