Pero no sólo eso. Los asalariados de la aerolínea de José Luis Carrillo que han acudido al proceso de selección de Air Plus para incorporarse al nuevo proyecto se han topado con discriminación laboral por razón de sexo o edad, según han denunciado sindicatos como CCOO o STAVLA -organización que representa a los tripulantes de cabinas de pasajeros-.

Estos sindicatos denuncian que los responsables de Air Plus Comet han rechazado contratar a hombres como auxiliares de vuelo. Alegan que prefieren que sean mujeres las que atiendan a los pasajeros que se desplacen en sus vuelos. También acusan a la empresa de Gerardo Díaz y Gonzalo Pascual de discriminar a los trabajadores de Air Madrid por razón de edad. Los mayores de 30 años no tienen opción de incorporarse a la empresa.

Es más: STAVLA advierte en un comunicado que Air Plus Comet «podría dejar fuera de la convocatoria a personas que actualmente forman parte de la plantilla y que, por razones de embarazo, no pueden pasar pruebas como TCP (tripulantes de cabina), al igual que los trabajadores que tienen juicios pendientes con Air Madrid», remacha en su escrito.

El citado sindicato responsabiliza al Gobierno de haber dejado de lado la protección de los trabajadores y dice que antes de haberlos dejado en manos de Air Plus «debería haber comprobado si los empleados de esa compañía disponen de representantes sindicales o si cumplen con la normativa vigente».

Por otra parte, los servicios jurídicos de CCOO están estudiando las posibilidades de llevar a los tribunales el acuerdo entre Fomento y Air Plus. En opinión de esta central sindical, el documento «encubre una sucesión de empresas», pese a que el propio texto lo niegue. Además, entiende que este pacto es «tan ilegal» como el plan que Fomento pretendía llevar adelante con la empresa de aviación comercial alemana LTU.

Pasajeros con problemas

Mientras tanto, los problemas de los pasajeros que tenían billetes para volar con Air Madrid se agudizan. Decenas de ecuatorianos afectados por la empresa ocuparon ayer por la fuerza la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, en Quito, para presionar y que se agilicen los trámites para su retorno a España. Los manifestantes forcejearon con los dos guardias de seguridad de la puerta del estacionamiento de la Cancillería y lograron ingresar a la planta baja donde permanecerán hasta que les den una solución, informa Efe.

Fernando Benavides, uno de los afectados por el cierre de la sociedad que participó en la protesta, se lamentó después de una crisis que se prolonga durante más de 40 días, «el Gobierno no ha solucionado la situación».

Para Benavides, las autoridades «se están burlando» de los emigrantes ,pues ya han visitado varias instituciones, como el Defensor del Pueblo, sin encontrar respuestas a su problema.