El 'número dos' del PSOE, ayer, dio una muestra clara de aceptar la disciplina al dar la conferencia de prensa más tibia, moderada, suave y condescendiente con sus adversarios políticos que se recuerda en muchos lunes al sol de Ferraz.

La búsqueda incansable y constante de la unidad de las fuerzas políticas contra ETA fue el mensaje, el único mensaje, tal y como José Luis Rodríguez Zapatero había reclamado en su intervención en la Ejecutiva Federal celebrada ayer.

El líder del PSOE, según las fuentes consultadas, plasmó en la reunión la necesidad de aislar políticamente a ETA y que, para ello, es necesaria la unión de todos, y en especial, la del PP.

Blanco reflejó fielmente este pensamiento en la conferencia de prensa posterior a la reunión: «En materia de terrorismo el PP no es nuestro enemigo. Nuestro único enemigo es ETA. Por eso, vamos a seguir trabajando por la unidad de todas las fuerzas políticas y no vamos a asumir ningún enfrentamiento. No queremos la confrontación».

En esta línea, el secretario de Organización del PSOE anunció que se ha decidido, a nivel federal, que los socialistas no participarán en ningún debate en las Cortes, en parlamentos autonómicos o en ayuntamientos donde se presenten propuestas o mociones del PP que impliquen confrontación o división de los demócratas en materia antiterrorista.

«No se trata de impedir nada al PP. El PP está en su derecho legal y reglamentario de presentar estas mociones o proposiciones no de ley. Pero el PSOE también está en su derecho legal, representativo y moral de no participar en un debate que sólo sirve para dividir. Escucharemos sus propuestas respetuosamente, y luego votaremos. Sólo eso».

No obstante, Blanco hizo un llamamiento al PP para que reflexione y no presente en las instituciones propuestas sobre terrorismo.

«Esas mociones son una vulneración manifiesta del artículo 1º del Pacto, y vamos a decirle al PP que si cree en el Pacto Antiterrorista debe retirar esas mociones que lo incumplen», dijo.

Blanco indicó que a nadie se le escapa que el contenido de esas mociones «debilita a la democracia en la lucha contra ETA», y que, en su opinión, convierte a las instituciones en «campo de batalla» en una materia que no debe ser objeto de confrontación política.

Por ello, el dirigente socialista instó al PP a presentarlas y debatirlas en otros foros, como puede ser el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. «El deseo de paz debe estar por encima de las discrepancias públicas», dijo Blanco.

A nadie se le escapa que la estrategia del PSOE es colocar en el tejado del PP la decisión de apostar o no por la unidad de los demócratas o por su división, y Blanco lo dijo claramente, por si había alguna duda: «Será el PP el que, en exclusiva, determine si quiere la unidad o la confrontación».

Además, en la reunión, José Luis Rodríguez Zapatero abogó por que, frente a la violencia, el Gobierno se esforzará en transmitir a los ciudadanos confianza y seguridad en el Estado de Derecho.

No hubo críticas internas. El PSOE respalda sin fisuras la política de Zapatero. Y tras el debate, aún más.