En una sesión celebrada a puerta cerrada y en la que no se produjo ni una sola intervención en favor o en contra del discurso de su presidente, Rajoy reivindicó como propia tanto su política de principios como su estrategia de anteponer la eficacia contra ETA a la propia unidad de los partidos democráticos en dicha lucha.

«Medidas concretas» para acabar con la banda, antes que «unidad», «diálogo» y otras tantas fórmulas y «palabras huecas» que, pese a tener buena prensa, son menos pragmáticas en un momento tan crítico: éste fue el mensaje de un Rajoy que, ayer más que nunca, arrostró con decisión el riesgo de ganar o de quedar en minoría ante la opinión pública española.

Un aplauso cerrado e inequívoco por parte de diputados, alcaldes, presidentes regionales y de comunidades autónomas y cuadros de la dirección del partido selló el discurso del presidente del PP, quien defendió el maximalismo de su política para la derrota de ETA frente al pacto de «mínimos» invocado literalmente por el propio presidente del Gobierno.

Rajoy, que ni siquiera se detuvo a explicar a los suyos su también decisión personal de no acudir el pasado 13 de enero a la manifestación convocada por la izquierda en contra de ETA, les advirtió de la llegada de meses difíciles para el PP por los «juegos de exclusión» liderados por el Gobierno.

Les previno, además, de la reaparición de campañas políticas y mediáticas encaminadas a trasladar una imagen de división interna en el PP, mediante la contraposición entre duros y dialogantes en el seno de la dirección del partido.

El presidente del PP reivindicó el Pacto Antiterrorista en sus propios términos, sin variaciones como las que alientan los socios políticos de Rodríguez Zapatero.

Pero sobre todo, lo que Rajoy quiso rescatar de un Pacto aparentemente muerto y que ya sólo podría desenterrar la próxima reunión prometida por el jefe del Ejecutivo, no fue su vertiente simbólica sino la más ejecutiva.

Rajoy dejó fuera de toda duda que asistirá en cualquier caso a la convocatoria, pero comunicó a la Junta Directiva su decisión de exigir al Gobierno una deliberación sobre políticas concretas. En este sentido, los populares procurarán una reunión preparatoria de la propia Comisión de Seguimiento del Pacto para garantizar una agenda básica a debatir.

En rueda de prensa, el número dos del PP, Angel Acebes, condicionó el éxito de la reunión a la «claridad» del Gobierno en la forma de abordar su contenido. «Vamos a ir al Pacto», llegó a decir, «si es para algo útil, no para perder el tiempo».

Dentro del concepto de utilidad, el secretario general del PP incluyó el compromiso del Gobierno y del principal partido de la oposición de no dialogar con ETA, de iniciar un proceso de ilegalización del PCTV, y de instar a la Fiscalía a actuar en el caso Egunkaria en el mismo sentido que en el de Jarrai.

Respecto de Jarrai, por cierto, el PP decidió ayer pedir en el Congreso la comparecencia «inmediata» de Rubalcaba. El partido de Rajoy quiere pedirle explicaciones por la no detención de gran parte de los condenados.