MADRID. - Veinte días ha durado el parón total en la actividad internacional del presidente del Gobierno tras el atentado de ETA. La gravedad de la ruptura del alto el fuego y, sobre todo, la tensión política interna indujeron a Zapatero a cancelar sus planes que incluían un viaje oficial a Japón. Los cambios de agenda, sin embargo, se reducirán a esa suspensión. Presidencia vuelve, desde hoy, a poner en marcha las citas internacionales de Zapatero.
Por ahora no hay salidas al exterior. Los viajes tendrán que esperar hasta marzo, mes en el que el presidente asistirá al Consejo Europeo de primavera, en Bruselas, y en el que también podría llevarse a cabo el cancelado viaje a Tokio.
No obstante, Zapatero retomará los contactos internacionales hoy mismo con un encuentro con el presidente de Malí, Amadou Toumani Toure. La cita satisface especialmente al presidente porque Toure comparte plenamente su filosofía en relación con Africa.
La visita del presidente de Malí se saldará con la firma de un memorando de entendimiento político y dos acuerdos, uno de desarrollo y el otro, de máxima importancia para España, de inmigración.
Este último entra dentro de la categoría de los acuerdos de segunda generación en virtud de los cuales la parte española se compromete a ayudar sustancialmente al desarrollo del país firmante (España incluso abrirá una oficina de contratación de trabajadores malienses en origen) y éste por su parte acepta el compromiso de repatriación de todos sus nacionales que entren ilegalmente en España. El acuerdo con Malí es el tercero que logra España tras los firmados con Guinea Conakry y Gambia.
A finales de semana, Madrid acogerá la reunión de los ministros de Exteriores de los países firmantes de la Constitución Europea. Zapatero no participará en esta cita, cuya dirección corresponderá a Moratinos y a su homólogo luxemburgués. Sin embargo, el presidente estudiará con detalle las conclusiones de la misma.
Zapatero recibió en la primera semana de enero una carta de la canciller alemana, Angela Merkel, en la que le pedía apoyo en su intento de «recuperar el pulso» en favor del Tratado Constitucional de la Unión. Merkel pretende que Zapatero sea uno de sus respaldos más firmes en el diseño de una hoja de ruta con vistas a desbloquear la Carta Magna, que se someterá a la aprobación del Consejo Europeo de junio.
Italia, México y EEUU
El lunes 29, Zapatero recibirá al presidente italiano, Giorgio Napolitano. Apenas 20 días más tarde, el 20 de febrero, está prevista la celebración de la cumbre anual entre los dos países encabezada por Zapatero y por el primer ministro Romano Prodi. Será el momento de empezar a planear la formación de un lobby hispano-italiano capaz de defender los intereses mediterráneos frente a la máquina franco-alemana. Prodi, según lo previsto en círculos diplomáticos, acudirá a la cumbre acompañado por ocho ministros.
El 30 de enero, Zapatero se entrevistará con el nuevo presidente mexicano, Felipe Calderón.
En febrero, las citas más importantes correrán a cargo de los ministros de Defensa y Exteriores. Alonso será el anfitrión de la reunión de la OTAN en Sevilla, a la que acudirá el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates. Unos días más tarde debería visitar España la secretaria de Estado Condoleezza Rice. No están previstos encuentros con el presidente.
Moratinos también se reunirá, el día 8, con su homóloga israelí, Tzipi Livni, que inaugurará en Madrid la Casa Sefarad. La visita servirá para limar las asperezas surgidas desde el verano a cuenta de la intervención militar en Líbano y a propósito de las iniciativas españolas en favor de la celebración de una nueva Conferencia de Paz.