Martes, 23 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6246.
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LOS PLACERES Y LOS DIAS
Animales sagrados
FRANCISCO UMBRAL

El cine nació, si ustedes recuerdan, con los animales sagrados de Chaplin, perros y gatos que harían más habitable la vida de aquel payaso genial. Ahora, mucho más tarde, en nuestro tiempo, cuando el hombre desacreditado se entrega a la aventura espacial y esos malos rollos, los animales vuelven y los vemos, sobre todo, en la televisión, dotados de todas esas gracias que les hacen insoportables, porque seguimos amando los animales sagrados que nos miran con la nostalgia de su especie y la gracia de su edad, que nunca conoceremos.

La vuelta de los animales al cine es una reconquista del mundo infantil y del mundo adolescente. La verdad es que perros y gatos y caballos y peces surrealistas se pasan bastante con la imagen de los modelos, pero ahí están conviviendo con los asesinos de zoológico y las sirenas de buen cuerpo.

Hemos dejado atrás a las mujeres del cine, a los hombres del cine, a los caballos del western, pero hemos reconquistado la gracia irrepetible del gato o del caballo. La reanimación de los animales es algo que se corresponde con la evasión de los enemigos humanos. El malo se ha vestido ya de gangster, de vaquero, de negro primoroso y grácil, con su ropa bien cortada y su sombrero de hombre blanco.

Pero el bueno no alcanza como malo la categoría de un bueno llamado Marlon Brando o Humphrey Bogart. Las categorías del cine, tan valiosas como las del teatro de Shakespeare, se están agotando por exceso de uso y por exceso de eficacia. Es cuando hay que sustituir los ingenuos animales, que volverán a ser la alegría del niño dominical y del adulto que se quedó en el TBO.

La nueva apoteosis del bicho quiere decir que el hombre anda desacreditado por la vida y por las salas de estreno y los cines de barrio. Del mismo modo que se ha empobrecido el petróleo en el mundo mineral, podemos decir que en el mundo vegetal ya no quedan nevadas benéficas y en el mundo humano ya sólo quedamos nosotros teóricamente, ya que realmente, Fernán-Gómez se pregunta quién queda y concluye que sólo queda Concha Velasco, rescatada por la publicidad y por sus fans de Valladolid.

Los animales selváticos o vecinales también lucen por su personalidad y por la variedad de sus especies. La abundancia es hoy más fuerte que la calidad en cualquiera de esas especies. También en la humana es necesario repoblar el presente para prevenir el futuro. A algunos nos coge ya tarde para valorar un caballo bayo o una gallina papanata, pero la humanidad infantil tiene la experiencia de haber rescatado monos para el zoo y panteras para la poesía. «Vimos gruesas serpientes dibujar su pregunta», escribió Vicente Aleixandre. Algún animal ha refulgido siempre en algún poema del genio. Siempre ha habido mucha poesía en la hembra humana y en la imagen divina. La mujer es poesía mal peinada. Es todo lo que se sabe de ellas. Alma de nardo del árabe español.

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