El Napoli, un carguero de 62.000 toneladas varado ante las protegidas costas de Devon, al suroeste de Inglaterra, puede pasarse allí un año, esperando a que los expertos puedan descargar el combustible que lleva dentro y los contenedores que mantiene en cubierta antes de poder remolcarlo hasta algún puerto cercano.
La Agencia Maritíma y Guardacostas del Reino Unido informó ayer de que el vaciado de los tanques de fuel donde se almacenan 3.500 toneladas de crudo se puede prolongar durante una semana a contar desde ayer. Un barco especial procedente de Brixham se dirige hacia las playas de Branscombe, ante cuyas orillas se encuentra el buque.
El pasado jueves, el temporal Kyrill sorprendió al carguero a más de 150 kilómetros de las costas británicas, cuando realizaba el trayecto entre Bélgica y Portugal cargado con 2.394 contenedores. Con el barco la deriva, las autoridades rescataron a sus 26 tripulantes y empezaron a remolcarlo hacia el puerto de Portland. Sin embargo, una fisura en el casco que se fue haciendo más y más grande, aconsejó desviarlo hacia las playas de Branscombe.
Allí, golpeado por las olas, dejó escapar de su vientre 200 toneladas de combustible que han afectado a cientos de aves que pasan el invierno en la llamada Costa Jurásica.
Hace un año, este entorno con rocas donde están grabados 185 millones de años de historia, fue declarado Patrimonio de la Humanidad y protegido por las autoridades, que marcaron una zona de seguridad por la que no podían, precisamente, pasar barcos.
Ahora, el paisaje se ha visto contaminado por el fuel y los contenedores perdidos por el Napoli. Algunos han llegado a la costa, atrayendo a cientos de carroñeros en busca de objetos que luego venden en Internet. Motos, ropa, pañales...
Lo más dramático es que un entorno privilegiado está en peligro, con cientos de aves -araos, gaviotas, alcas...- teñidos de negro por el petróleo que ha soltado el buque. Aún no se sabe dónde han ido a parar contenedores con productos tóxicos -perfumes, botellas de gas para recargar airbags, botes llenos de líquidos limpiadores...- y si han llegado a la costa, se han ido al fondo del Canal de la Mancha o están aún sobre la cubierta del Napoli.
Mientras la maniobra de vaciado de los tanques de combustible se prolongará durante siete días -es necesario calentar el fuel para poder licuarlo y pasarlo a través de mangueras a los barcos cargueros-, retirar los contenedores del barco, con la ayuda de dos grúas, y recuperar los que han caído al fondo del mar llevará un año. La Real Sociedad contra la Crueldad Animal (RSPCA, en sus siglas en inglés) ha recibido ya en su centro del Oeste del país a decenas de pájaros a los que debe salvar la vida.
No se trata de especies en peligro, pero si finalmente las 3.500 toneladas de crudo se expanden por la zona, podrían estar en riesgo. Con sólo 200 toneladas desparramadas, lo suficiente para formar una mancha de ocho kilómetros de largo sobre el agua del mar, ya hay más de 1.000 aves contamiadas.