El entorno natural de la Bahía de Cádiz está configurado como un verdadero laberinto de dunas, salinas, acantilados, marismas y playas, por lo que los pilotos han de permanecer atentos al radar y al GPS en todo momento para evitar embarrancar. El buque varó sobre las 23.15 horas del lunes, cuando iba hacia el muelle de la Cabezuela, en la zona conocida como El Bajo del Diamante, en la entrada de la bahía gaditana.

Los gaditanos contuvieron el aliento ayer al recordar lo sucedido en 1998 con el buque norteamericano J.P. Bobo, que embarrancó a 700 metros de la playa portuense de Fuentebravía, vertiendo al mar 300 toneladas de fuel.

Según Oscar Lobato, portavoz de la Subdelegación del Gobierno, un grupo de buceadores logró verificar que el casco del buque tenía algunas abolladuras «en el pecio delantero» y una «pequeña grieta» en uno de los tanques de lastre. El agua que irrumpió en el mismo pudo ser achicada con las propias bombas del barco, cuyo capitán -siguiendo indicaciones de los técnicos portuarios- reequilibró el buque para evitar que escorara y liberarlo.

El portavoz gubernamental explicó que, tras recuperar el control, el Ocean's Globe enfiló rumbo al muelle comercial donde tenía prevista la descarga del carbón. La liberación se produjo sobre las 17.55 horas, atracando poco después el buque sin incidentes. Desde la Capitanía de Cádiz se cursó aviso a dos grandes gabarras, una cisterna y otra de transporte de carbón, que habían salido ya del Puerto de Huelva para, en caso de que todo se hubiera complicado, extraer primero el combustible para evitar la contaminación y trasladar la mayor parte del carbón, de tal forma que el buque aligerara peso para poder ser remolcado con mayor facilidad.

Salvamento Marítimo movilizó medios de diversos puntos de la geografía española, además de contar con un kilómetro de bandera de contención flotante, maquinaria para la extracción, un camión para la recogida en tierra, bombas de achiques, y otros equipos, por si hubieran sido necesarios.