IAN SAMPLE. The Guardian / EL MUNDO
LONDRES.-
Un parche que libera una vacuna contra la enfermedad del Alzheimer podría estar disponible para las víctimas de este trastorno en seis años. Ésta es la nueva esperanza que acaba de anunciar un equipo de científicos estadounidenses, tras los exitosos ensayos que ha realizado en animales con este tratamiento experimental.
Los investigadores han comprobado que, al menos en el cerebro de los ratones, la aplicación de este parche provoca un descenso muy significativo de la acumulación de proteínas nocivas que caracteriza a los enfermos de Alzheimer durante cuatro meses.
Si la eficacia de este tratamiento se confirmara en humanos, en primer lugar se pondría a disposición de los grupos de alto riesgo, incluyendo a personas ancianas y a una pequeña minoría que hereda la variante genética de este trastorno.
Se cree que la enfermedad, que afecta a 18 millones de personas, se produce cuando las llamadas proteínas amiloideas naturales comienzan a aglutinarse en el interior de las células cerebrales. Cuando estas agrupaciones crecen, producen daños, y en última instancia la muerte de las células nerviosas, dejando tras de sí conglomerados de placas amiloideas. La enfermedad da lugar a una debilitación mental progresiva, que afecta a la memoria, a la comprensión y a la capacidad de razonar.
Los científicos de la Universidad del Sur de Florida, cuyo trabajo se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), desarrollaron la vacuna mediante la combinación de fragmentos de proteínas amiloideas con toxinas del cólera para ayudar a estimular al sistema inmune. Estos parches, del tamaño de un sello, y que contienen gotas de la vacuna, se adhirieron a la piel rasurada de unos ratones transgénicos que desarrollan una enfermedad similar al Alzheimer.
La vacuna estimuló el sistema inmune de los animales para que atacaran a estas placas amiloideas. Al cabo de un mes, los ratones desarrollaron una respuesta inmunológica que duró 16 semanas. Cuando los científicos examinaron el tejido cerebral de estos animales, averiguaron que los que llevaban los parches tenían la mitad de placas que los ratones con parches que contenían sólo la toxina del cólera.
Los científicos están preparando ahora otros ensayos para investigar si esta técnica mejora la memoria y el comportamiento de los ratones.
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