BORJA HERMOSO
MADRID.-
Los teletipos y los urgentes, otras veces tan halagüeños con Pedro Almodóvar, anunciaron a mediodía de ayer el color gris de una decepcionante jornada. A cinco días de la gala de los Goya, Almodóvar veía como su película Volver regresaba de la ceremonia de los Oscar antes de ir. La inclusión de Penélope Cruz entre las opciones a la estatuilla de mejor actriz protagonista -un hito en la historia del cine español- fue el único caramelo capaz de endulzar un día tan inesperado como frustrante para el clan de la factoría El Deseo.
No figurar como candidato en ninguna de las opciones mejor película de habla no inglesa, mejor dirección o mejor guión original supone un incontestable revés para una película como Volver. Los miembros de la Academia prefirieron la película alemana La vida de los otros (la gran favorita), la francesa Indígenas, la india Agua, la danesa After the Wedding y... la hispanomexicana El laberinto del fauno. ¿Habrá sido demasiado cine hispano para los académicos de Hollywood?
Finalmente, la trayectoria de Volver en lo que a reconocimientos internacionales se refiere habrá sido más que decepcionante para una bestia del cine que -cuando piensa, cuando escribe y cuando rueda- lo hace también en clave de éxito. Almodóvar fue a Cannes con Volver dispuesto a ganar la Palma de Oro, y se volvió con un muy estimable premio al mejor guión y una histórica recompensa para el conjunto de sus actrices. La Palma fue para Ken Loach, lo mismo que en 1999 había sido para la Rosetta de los hermanos Dardenne, cuando todo el mundo en aquel festival tenía como favorita a Todo sobre mi madre (Almodóvar se consoló con el premio al Mejor Director).
En la reciente gala de los Globos de Oro, que pasan por ser la antesala de los Oscar, el director brilló, pero por su ausencia. De nuevo los teletipos y los urgentes hablaban de él, esta vez para informar de que una inoportuna gripe le obligaba a quedarse en Nueva York, mientras las más pérfidas lenguas desgranaban malignas interpretaciones de tal ausencia, basadas en que algún pajarito había comunicado al director que no había botín. Al final Volver se fue de vacío y -algo muy preocupante para Penélope Cruz- Helen Mirren se llevó el Globo por su papel de Isabel II en La Reina, de Stephen Frears. Ahora mismo, la clara favorita para el Oscar no es otra que la actriz británica.
«Si hubiera tenido que elegir entre las dos nominaciones, la de Penélope o la de mejor película extranjera, sin duda habría elegido la de Penélope», aseguró ayer Almodóvar en un comunicado donde destacó «la visceralidad», la «autenticidad inusitada» y la «disciplina ilimitada» de la actriz. «Penélope no ha tenido suerte con sus proyectos americanos (...) no se la han tomado en serio como actriz. La fama de sus parejas sentimentales tampoco la han favorecido, en un país tan dependiente de los tabloides».
2006 deparó a Almodóvar un premio Príncipe de Asturias y una colosal trayectoria comercial para Volver (80 millones de dólares en todo el mundo). Pero el revés de ayer contrasta con los Oscar cosechados en 1999 (Todo sobre mi madre, mejor película extranjera) y 2002 (Hable con ella, mejor guión original). Ahora le esperan los Goya, donde lidiará con Alatriste, El laberinto del fauno y Salvador. ¿Consuelo o nueva decepción?
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