El musical Dreamgirls quedó apeado en el útimo momento entre las cinco grandes, pese a las ocho candidaturas que dejaron con lo puesto a Beyoncé y compañía. El gran dilema será, pues, si el mexicano Alejandro González Iñárritu podrá imponerse por puntos como árbitro en el nuevo duelo entre Scorsese y Eastwood, quienes, pese a jugar en casa, no las tienen todas consigo.

El preámbulo de los Oscar, presentado por Salma Hayek, fue precisamente la consagración de los cineastas globales mexicanos. A la ascensión de González Iñárritu se añadió ayer la pujanza de Guillermo del Toro con su aventura española (seis candidaturas para El laberinto del Fauno) y la pesadilla británica de Alfonso Cuarón (una nominación al mejor guión adaptado por el thriller futurista Children of Men).

La presencia de Penélope Cruz midiéndose ante Helen Mirren, Meryl Streep y Judi Dench entre las mejores intérpretes del año, y la de Adriana Barraza (Babel) entre las mejores actrices secundarias pondrán la nota hispana en la ceremonia. Para Meryl Streep, por cierto, son ya 14 nominaciones en su cuenta particular (esta última por El diablo viste Prada).

En el registro al mejor actor, la batalla estará seguramente entre Forest Whitaker, por su encarnarción del dictador Idi Amin en El último rey de Escocia, y el legendario Peter O'Toole, que opta por séptima vez al Oscar (Venus). Leonardo DiCaprio (Diamante sangriento), Will Smith (En busca de la felicidad) y Ryan Gosling (Half Nelson) viajan por detrás, a cierta distancia.

La ruleta de las nominaciones fue también ayer un reparto de ausencias. Al olvido de Dreamgirls entre las cinco grandes y de Almodóvar en la categoría de habla no inglesa, se unió el de Brad Pitt entre los aspirantes al mejor actor y el del plantel estelar de Infiltrados (Mark Wahlberg los redime a todos como mejor actor secundario).

Salvo la reina Helen Mirren, ninguna de las cinco películas que optan al Oscar han conseguido nominaciones en las categorías de mejor actor o actriz, lo que añade aún más incertidumbre al resultado final.

El segundo combate entre Martin Scorsese y Clint Eastwood (el primero lo ganó Harry el sucio con Million dollar baby hace dos años) ha perdido fuelle a última hora. Pese al éxito de crítica y público, Infiltrados carga con el lastre del remake, y hay quien sigue prefiriendo la versión original made in Hong Kong.

Cartas desde Iwo Jima, la versión de la épica batalla de la Segunda Guerra Mundial desde el lado nipón (la versión norteamericana, Banderas de nuestros padres, pasó a la historia) ha cosechado varios premios de la crítica, pero cuenta con el inconveniente de la versión original en japonés, que ha limitado seriamente su distribución.

Frente a ellas, Babel cuenta con el impulso del reciente Globo de oro a la mejor película y con ese empaque de película global -metáfora del efecto mariposa en la sociedad post 11-S-, lo cual le hace subir enteros en las apuestas. Su candidatura confirma también el momentum (la catapulta) de Alejandro González Iñárritu, el director de Amores perros y de 21 gramos, convertido en la nueva encarnación del cine de autor, supuestamente independiente, pero con el respaldo a la sombra de los grandes estudios.

Y, a la sombra de González Iñárritu, Guillermo del Toro ha irrumpido en las pantallas norteamericanas con todo el embrujo y la fuerza de El laberinto del Fauno, el filme que más recauda por pantalla desde hace un mes en Estados Unidos (cinco millones de dólares y sumando), aupada a lo más alto por la crítica y por el mismísimo Stephen King, quien la ha elegido incluso como su película favorita del año.

El laberinto del Fauno parte como la gran favorita en la categoría de mejor película de habla no inglesa, frente a la alemana La vida de los otros (que ya se impuso a Volver en los Premios Europeos del Cine), la danesa After the wedding, la argelina Días de gloria (Indígenas) y la canadiense Water, todas ellas inéditas o con una distribución muy minoritaria hasta la fecha.

Del Toro opta, además, a otros cinco Oscar en la categoría de mejor guión original, mejor banda sonora (Javier Navarrete), mejor maquillaje, mejor dirección artística y mejor fotografía. Alfonson Cuarón se incoporó ayer a la terna de paisanos con la candidatura al mejor guión adaptado por Children of men, uno de los bombazos de taquilla y de crítica en esta temporada.