¿Se hace más patria como minoritario dentro o dominando una entidad fuera? El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, tiene claro que lo segundo y ha decidido vender al grupo alemán E.ON el 10% que mantiene en Endesa para ingresar, al menos, 4.100 millones de euros. Su objetivo es fortalecer financieramente la caja y, además, adquirir bancos en Europa del Este.
Blesa ya ha hecho llegar esta posición a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre -con la que se ve, al menos, una vez al mes- ante el inminente desenlace de las OPA sobre Endesa. Aguirre era partidaria de que la caja no vendiera toda su participación (ver EL MUNDO del pasado domingo), pero Blesa considera que no hay alternativa a la venta total.
La dirección de Caja Madrid ha concluido que no tiene sentido económico mantener un 5% -el porcentaje barajado por Aguirre-, acompañando sin influencia a un socio como E.ON que alcanzará, según sus cálculos, más del 50%. Blesa tampoco ha accedido a las propuestas del presidente del grupo alemán, Wulf H. Bernotat, para que Caja Madrid tome una participación directa en la compañía con sede en Düsseldorf, porque no ve prioritario ampliar su cartera industrial. Y tampoco considera suficientemente formal la oferta que le hizo antes de navidades el presidente de Fadesa, Manuel Jove, que pretendía comprar sus acciones de Endesa para ayudar a Acciona a frenar a los alemanes.
Fuentes oficiales de Caja Madrid declinan hacer comentarios, pero la cifra que va a obtener la entidad por su salida de Endesa es mareante. Sólo en plusvalías, a los precios actuales en Bolsa, se embolsará 2.100 millones. Y pueden ser más si E.ON se decide a subir el precio en torno a los 40 euros que espera ya el mercado.
¿Qué hacer con ese dinero? Caja Madrid, como la Caixa, considera que lo mejor para su futuro no es reforzar un emporio de empresas, sino fortalecer su negocio financiero. La entidad madrileña ya ha empezado a otear bancos u otro tipo de entidades financieras en Europa del Este. Las dos cajas ya han sondeado al gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, y el mensaje de éste es claro: «Prohibido terminantemente que las cajas compren bancos en España, pero sí es aceptable que los adquieran en el exterior». El consejo de Caja Madrid tomará la decisión oficial de venta el próximo mes. Y será antes de que Blesa asista al consejo clave de Endesa en el que la eléctrica se debe pronunciar sobre si el precio de E.ON es adecuado. Para Blesa ya era adecuado 35 euros, con lo que todo lo que suban los alemanes será ganancia inesperada para la caja.
Esperanza Aguirre declaró recientemente a EL MUNDO que no daría instrucciones a Blesa sobre Endesa, con lo que no interferirá. «Otra cosa es que nos preocupa que se pierda la oportunidad de preservar los intereses de los madrileños en una empresa como Endesa», apuntan en el Gobierno autonómico. El diario económico El Economista señaló ayer que se ha producido un enfrentamiento. En Caja Madrid negaron ayer que haya conflicto por el caso, aunque ninguna parte oculta que ha habido criterios distintos.
En manos de la CNMV
El consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se reunirá mañana jueves para estudiar los trámites de las OPA sobre Endesa y fijará los plazos del proceso, tras la difusión ayer del auto del Tribunal Supremo por el que se levanta la suspensión cautelar de la oferta de Gas Natural sobre Endesa.
A la espera de la fijación de los plazos, el presidente de E.ON ya tiene su propio timming. Bernotat afirmó ayer en Berlín que presentará la OPA ante los accionistas de Endesa en febrero, informa Reuters. «Ahora todas las barreras han caído y esperamos presentar la oferta en breve. Espero que sea el mes próximo», reseñó el ejecutivo alemán, que mantiene intactas las esperanzas de éxito de la operación. De hecho, Bernotat recordó ayer que fue en febrero cuando E.ON presentó la primera propuesta de compra de Endesa, con lo que si la operación se cierra con éxito el mes que viene, la empresa alemana quiere celebrar su triunfo junto al aniversario.
Bernotat, además, recibió ayer el apoyo del Gobierno alemán. Su ministro de Economía, Michael Glos, «celebra» los planes de fusión, como un paso para la creación de «consorcios grandes y competitivos» en Europa.