«¿Qué ocurriría si todos los etarras hicieran lo que está haciendo el señor De Juana? ¿Tendrían que salir todos los etarras de la cárcel?», se preguntó Rajoy. «Respeto lo que digan los jueces, pero supongo que, entre otras cosas, valorarán esta consideración que mucha gente normal se hace».

El portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Alejandro Ballestero, defendió que se debe «evitar a toda costa» que De Juana se convierta «en un mártir para unos pocos», informa Europa Press. «Sería un paso atrás dar ventajas», añadió el diputado del PP.

El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, se mostró partidario en París de garantizar la vida del recluso etarra, aunque fuera incluso contra su propia voluntad, según informa Rubén Amón.

La posición del ministro subraya las obligaciones que fija el Tribunal Constitucional: «La administración penitenciaria tiene el deber de garantizar la vida de los reclusos, de los penados, incluso contra sí mismos, o las agresiones que pretendan inflingirse, como en el caso de una huelga de hambre», señaló. Y recordó que «nos encontramos en un supuesto de aplicación de la ley impuesta por un tribunal de Justicia».

Mientras el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite) se opuso a la excarcelación porque, como sostiene el PP, sentaría un «precedente» negativo, el portavoz de la plataforma ciudadana ¡Basta Ya!, Carlos Martínez Gorriarán, dijo no oponerse a que la Audiencia Nacional plantee, «por razones humanitarias», algún tipo de medida de prisión atenuada para el etarra.

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, dijo que la huelga de hambre de De Juana «quebranta de forma importante la salud del preso», por lo que defendió la solución del tercer grado, «una decisión acertada y humanitaria».

«No tiene ningún sentido que siga encarcelado», manifestó el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi.