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Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú (Gabriela Mistral) |
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A la última |
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Una senectud chic es posible |
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MARTA AGUIRRE
Hay dos frases que se supone que son halagadoras y que no deberían serlo siempre. Una es «te veo más delgada» y la otra «estás igual que siempre» (que puede sustituirse por «por ti no pasan los años» o «cómo te rejuvenece ese peinado», por ejemplo). No sé quién dijo que nunca se es demasiado delgado ni demasiado rico y con lo de ser joven parece que ocurre lo mismo. La sociedad piensa que ser joven es un valor positivo, nunca negativo. Personalmente, disiento. No hay más que ver ese anuncio de coche en el que aparece un Sean Connery sexagenario conduciendo y a medida que va dando vueltas por una carretera de montaña costera, va rejuveneciendo hasta aparecer como el James Bond de hace cuarenta años. Se supone (digo yo, porque tengo una cierta dificultad para desentrañar los mensajes de los creativos publicitarios, incluido Risto) que el guapo, el deseable, es el más joven, pero a mí me queda claro que si me dan a elegir entre el físico del machito Sean Connery treintañero y el de sesenta y pico años, me quedo con el de la barba, la calva incipiente, las arrugas y las canas. Todo esto viene a cuento porque cuando se habla de algo cool, moderno, etcétera, siempre se piensa en algo juvenil, para menores de 40 años. Y no, hay que revindicar la senectud chic y desde aquí apuesto por crear una tendencia que apueste por el look que ponga años.
Cada vez hay más ancianos en España y dentro de muy poco vamos a ser legión. Afortunadamente, hay revistas dedicadas a personas de más de 50 años, algo que hace años era impensable. Pero no hay más que echar un vistazo para darse cuenta de que cada vez hay más empresas dirigidas a ese target. El mito de esas urbanizaciones de Miami consagradas a los jubilados o el espíritu de Las Chicas de Oro llega por fin a España. En Madrid hay algunos locales y tiendas a las que, aunque puede ir obviamente todo el mundo, el público suele pasar de los 50 años. Me refiero a salas de fiesta en las que se puede ir para simplemente pasar el rato o intentar emular a Carmen Martínez-Bordiú en Mira quién baila. Algunas de estas salas son But (calle Barceló, 11), Golden (Gran Vía, 54 y Duque de Sesto, 64) o Amadís (Covarrubias, 42), entre otras.
Pero una de las fuentes inagotables de información sobre viajes, urbanizaciones y productos para los mayores es Internet. Una de las páginas más completas es www.seniorstore.com, donde hay artilugios que hacen la vida más fácil a los que, con los años, van perdiendo fuerza, como abridores de frascos al vacío o abrebotellas, pasando por inventos para atarse los zapatos fácilmente.
coolalaultima@mixmail.com
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