Nombre de la exposición: 'Naturalezas vivas'. / Artista: Rafael Cidoncha. / Formato: Pinturas. / Lugar: Galería Marlborough (Orfila, 5). / Fecha: hasta el 3 de febrero.

Rafael Cidoncha ha pintado una casa encantada. Ha pintado las vistas desde una casa encantada. Ha retratado a algunos de los huéspedes de una casa encantada. Y también las plantas, los cacharros, los muebles, los libros que la hacen ser una casa encantada. El exotismo de la arquitectura, la exquisitez de la decoración y la atmósfera literaria quedan reflejadas con precisión y elegancia en una pintura cada vez más perfecta. Rostros, paisajes, detalles captados con sensibilidad extrema por un artista que se supera en cada exposición.

El filósofo francés Bernard-Henry Lévy le ha puesto letra vehemente al catálogo de esta muestra en la galería Marlborough, y se nota que su entusiasmo no se limita a su propia casa marroquí -protagonista principal de la exposición-, sino que se extiende a cada una de las pinturas que Rafael Cidoncha ha creado dentro y fuera de la bella casa, de ese interior animado con vistas. Las palmeras, más hermosas que las reales, dice su exégeta, y la luz que entra para hacerse dueña de la casa encantada, para hacer que brillen los objetos y los colores, para que se vean los minuciosos rostros de los hombres y mujeres que la habitan.

Me gustan muchas de las frondosas telas expuestas, aquéllas en las que arquitectura y botánica expandida se coaligan, pero hay algunas que me parecen muy reveladoras, aquéllas que entran en la intimidad de los dueños de la casa, como El baño de Arielle o El despacho de B-H.L., y en particular esa mesa con los libros del escritor que es una suerte de profundo retrato intelectual. Ahí están los tomos dedicados a Walter Benjamin, las novelas de Roman Gary, los libros de George Steiner, junto a un plato hondo lleno de monedas y otro donde reposan varios pares de gafas del ávido lector. Dime lo que lees y te diré quién eres. La alegría de la luz, la exhuberancia de la naturaleza, el arabesco arquitectónico y el espíritu literario están en la obra de Cidoncha en un cóctel estimulante.

La alegría es también el ingrediente principal de los dibujos, aguafuertes y serigrafías del excelente pintor asturiano Pelayo Ortega, que se exhiben en la sala pequeña, donde se presentó la importante monografía, editada por Trea, que el crítico Juan Manuel Bonet le acaba de dedicar.