R. A.
El espíritu 'zapateriano' del proyecto político de Ségolène Royal explica que la candidata socialista haya prometido una nueva ley transversal contra la violencia de género. Sería la primera iniciativa de su etapa presidencial y la respuesta al incremento de los casos de agresiones y muertes que proliferan en los hogares franceses. De hecho, las estadísticas divulgadas en relación a 2006 acreditan un balance final de 113 homicidios. El 83% de los casos concierne a víctimas femeninas, de manera que Royal se ha propuesto dar más protección jurídica a las mujeres, garantizar el alejamiento de los cónyuges violentos y facilitar la acogida y la reinserción social de las víctimas afectadas.
«El espíritu fundamental de esta nueva ley consiste en que las mujeres damnificadas por la violencia doméstica tengan plenas garantías para permanecer en el domicilio familiar con los hijos», explicaba Segolène Royal con ocasión de un mitin celebrado en Roubaix (norte de Francia).
Las declaraciones de la candidata socialista han molestado en las filas del partido gubernamental (UMP). No por cuestiones semánticas ni de contenidos, sino porque el Ejecutivo francés recuerda que se había aprobado en abril de 2006 una ley que reforzaba la prevención de la violencia de género y que introducía nuevas medidas penales contra los agresores. «Es inexcusable e injustificable que Ségolène Royal hable de su nueva ley y de sus nuevas mediDas cuando ya están en vigor. Es el Gobierno de Villepin quien ha llevado a cabo la normativa según la cual se establece el alejamiento de los cónyuges violentos», señalaba Valéry Pecresse en nombre del UMP (Unión para un Movimiento Popular).
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