BARCELONA.-
Una de las bestias negras de los dirigentes de los tres partidos que llegaron al poder en Cataluña en diciembre de 2003 es el empresario Artur Suqué, patrón, entre otros negocios de Casinos de Cataluña.
Tras siete años y medio de instrucción judicial, en julio de 1997, el magistrado Ramon Gomis decidió archivar la denuncia a pesar de reconocer que CDC recibió financiación de forma irregular de la empresa de Suqué, pero el juez establecía en su auto que en el momento de los hechos este proceder no era un delito.
Según la denuncia inicial de Sentís, Casinos había pagado cerca de 3.000 millones de pesetas a empresas afines a CDC con facturas falsas por servicios que nunca se prestaron.
El hecho de que Suqué, a través de Luditec, se hubiera adjudicado las loterías de la Generalitat en 1986 hacía que los dirigentes del tripartito lo tuvieran como uno de los más destacados miembros del sector negocios de Convergència. Y a nadie se le escapaba que, cuando volviera a salir a concurso en marzo de 2005, Luditec lo iba a tener muy difícil.
Tampoco sería una sorpresa que el consorcio elegido por el tripartito para sustituir a Suqué en la administración de las loterías de la Generalitat fuera Indra. Nacida nació bajo los gobiernos de Felipe González, en el seno del INI. La gestión de Javier Monzón al frente de Indra despertó admiración entre las filas populares, a pesar de que muchos de sus directivos eran filosocialistas.
Completamente privatizada y en el Ibex-35, la dirección de Indra ha promovido una imagen políticamente transversal. Cuando en diciembre de 2003 Indra compró la consultora Europraxis por 60 millones de euros completó su imagen de compañía con buenas relaciones en todos los partidos. Europraxis era la compañía de Josep Pujol Ferrusola. Como Pujol Ferrusola siguió como ejecutivo de la consultora, centró la atención de los grupos que ejercían la oposición al Govern de CiU, especialmente de ERC e ICV-EUA. Ahora está blindada para hacer negocios con la Administración autonómica catalana.
Preguntas parlamentarias, informes de la Sindicatura de Comptes y todo tipo de fiscalizaciones hicieron que la compañía no fuera sospechosa de connivencia con el tripartito ni cuando, a pesar de su división armamentística, se convirtió en principal patrocinadora del Fórum 2004, destinado a fomentar la cultura de la paz, ni cuando se adjudicó las loterías de la Generalitat el 19 de marzo del año pasado.
Ni siquiera cuando se adjudicó la gestión de los sistemas informáticos de la Generalitat también en septiembre de 2004. A pesar de esas adjudicaciones, los grupos del tripartito insisten en investigar los negocios de Indra con el Govern, pero sólo en la época de CiU.
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