La presidenta de ICV en el Ayuntamiento de Barcelona organizó una rueda de prensa con carácter de urgencia para defenderse, convocatoria en la que habló de «instrumentalización política», de «tempestad con bombas de agua» y de «sorpresa». Porque recordó que convive con Saura desde hace 17 años, tiempo durante el cual las críticas «nunca habían ocurrido». Apeló además a su trayectoria profesional para desvincularse de la de su pareja. «Después de 30 años de militancia en el PSUC y de ser una de las dirigentes de ICV, mi razón personal de hacer política es transformar la realidad, con la que estoy en desacuerdo», declaró la tercera teniente de alcalde.

Pero de nuevo han sido sus propias palabras las que han provocado una lluvia de críticas. Unió Democràtica de Cataluña (UDC) aseguró ayer que «la vida sentimental de Imma Mayol con Joan Saura no nos interesa para nada, ni tan solo para utilizarla como instrumento de desgaste político». En un comunicado, el presidente de UDC en Barcelona, Gerard Ardanuy, criticó a la tercera teniente de alcalde por «el uso victimista de su propia vida sentimental» y señaló «la pobreza de su discurso». Porque los democristianos consideran que Mayol «no tiene argumentos para defenderse de los disparates que ella misma dijo ayer [por el miércoles]».

Más lejos fue el presidente del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz. El popular ya pidió el cese inmediato de Mayol el pasado miércoles, así que ayer aseguró que si Hereu decide no hacer caso a esta reclamación, «no tendrá autoridad para reclamar el cumplimiento de las normas». Fernández Díaz considera que la continuidad de Mayol en el Gobierno tripartito municipal supone que los socialistas «defienden a una persona que ha expresado comprensión hacia los okupas y los antisistema que infringen sistemáticamente la ley».

También Xavier Trias, presidente de CiU en Barcelona, aprovechó las declaraciones de Mayol para cargar contra el tripartito municipal.El nacionalista indicó que «son corresponsables desde hace 28 años de las políticas municipales que han provocado en Barcelona las graves desigualdades sociales que ahora dice que quiere resolver».Así que realizó un «llamamiento a la responsabilidad» porque, en su opinión, «sólo un cambio de verdad en el Gobierno municipal, en la manera de hacer y con la asunción de un liderazgo claro desde la alcaldía, se podrá poner fin a la permisividad».

Y es que ni siquiera en el mismo equipo de Gobierno se ponen de acuerdo sobre la cuestión. Mientras la Generalitat debe desalojar casas okupas por orden judicial, en el Ayuntamiento del mismo color político discuten sobre la bondad o no de este movimiento.Es que ayer mismo, el concejal de movilidad del Consistorio, el socialista Ferran Julián, recordó con insistencia que la ocupación de espacios vacíos «es ilegal».

Lo decía en respuesta al segundo teniente de alcalde de la ciudad, Jordi Portabella, quien se decantaba el pasado miércoles por que los okupas pagasen una cuota simbólica de alquiler. Eso sí, Julián dejó sólo brasas de un fuego que ya lleva muchos días quemando al aseverar que «todo lo que sea restablecer una buena relación con cualquier movimiento asociativo, cultural o reivindicativo de ciudad es muy importante».

24-01-07. «Después de 30 años de militancia en el PSUC y de ser una de las dirigentes de ICV, mi razón personal de hacer política es transformar la realidad, con la que estoy en desacuerdo».

23-01-07. «Soy antisistema. Cuando se ocupan espacios desocupados y se les da una función social, me siento más cerca de un okupa que de un especulador»

18-01-07. «No existe un único movimiento okupa. Hay distintos tipos de okupación con una frontera que es la violencia. Es un error que se regule este tema a través del Código Penal en vez de hacerse por el Código Civil».

5-12-06. «Estamos trabajando con los interlocutores para encontrar una solución dialogada a La Makabra».