BARCELONA.-
La Sala Beckett ha hecho una contraoferta a la empresa Núñez y Navarro, que adquirió hace ocho meses el edificio donde tiene su sede la sala desde hace años, para poder permanecer en el espacio en donde están radicadas sus instalaciones.
La contraoferta consiste en establecer con la inmobiliaria un contrato de alquiler de 25 años a un precio más alto del que está pagando ahora la sala y una indemnización en caso de tener que abandonar el edificio. «No nos iremos gratuitamente», explicó ayer Toni Casares, director del teatro.
El litigio que la Beckett mantiene con Núñez y Navarro desde que la inmobiliaria compró el edificio en junio de 2006 «ha estimulado nuestra voluntad de crecimiento», señaló Casares durante la presentación de los nuevos proyectos de la sala, informa Efe.
Ante esos proyectos de expansión de las actividades del teatro, Casares afirmó que «quizás» deberían buscar una nueva sede, mayor que la actual, que tiene 1.000 metros cuadrados entre la sala principal, la parte superior que ocupa L'Obrador y el almacén.
Cuando Núñez y Navarro compró el edificio anunció a la Beckett que el contrato de alquiler quedaba invalidado, criterio que no comparten los abogados de la sala. Ambas partes entraron en una negociación en la que la inmobiliaria proponía un contrato de alquiler de cinco años a precio de mercado y la Beckett ha presentado su contraoferta.
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