El repaso a la vida de un mito no podía empezar sin dedicar unas palabras a otro mito, Ryszard Kapuscinski, fallecido inesperadamente el pasado martes al no superar una intervención quirúrgica.
A Jon Lee Anderson le pasó lo que a muchos con Kapuscinski. «Para mí fue un referente cuando lo descubrí, hace 20 años. Encontré un colega mayor que sabía cuajar la realidad sobre el terreno. Y yo le seguía los pasos», explicó el reportero de 'New Yorker', que en las últimas décadas ha recorrido toda América Latina y la ha conocido a través de los ojos de los guerrilleros. Con esa experiencia en la mochila, le faltó tiempo para ir a Irak y vivir también un conflicto crucial, que reflejó en 'La caída de Bagdad'.
«Fue una revelación descubrirlo y a partir de ahí fue una inspiración. Kapuscinski frecuentaba el mismo mundo que todos nosotros, pero rompió los moldes. Expresaba en su prosa las realidades que yo percibía mejor que nadie. Porque él convivía con la gente, no era una voz blanca en el tercer mundo», defendió Anderson el trabajo, imprescindible, de un hombre que, como Che Guevara, se enfrentó a la muerte en varias ocasiones sin que ello le amputara sus ansias de perseguir la verdad. Para contarla.
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