El Gobierno de Grecia, a través de su ministro de Cultura, George Voulgarakis, y de su Embajada en el Reino Unido, ha pedido que se paralice la subasta hasta que se explique claramente la procedencia de todas las piezas.

«Su origen exacto y cómo han llegado a Christie's no se ha hecho público. Esta es la razón por la que hemos pedido que se aplace la venta hasta que se aclare todo. Todos los participantes en la puja deberían saber que ejerceremos nuestros derechos legales», declaró días atrás Voulgarakis.

La casa de subastas alega que la colección de Jorge I, que reinó entre 1863 y 1913, proviene del palacio de verano de Tatoi, en las proximidades de Atenas. En 1991 estos bienes le fueron devueltos, siempre según Christie's, a su bisnieto, el ex rey Constantino, hermano de la Reina Sofía.

El Gobierno griego no cuestiona la explicación de la casa de subastas, pero pide que se acredite que tiene esos objetos de forma legal.

Hasta tal punto ha llegado el conflicto que los abogados del Ejecutivo de Atenas han remitido una durísima carta a Christie's: «Ustedes son los únicos responsales de que todos los compradores sepan que nuestro cliente tiene dudas razonables» [sobre el origen de las piezas].

En su catálogo, Christie's cuenta cómo el rey Jorge I compró los terrenos de Tatoi y se mandó a construir una casa de estilo inglés. Tras el golpe de Estado de 1967 y su breve colaboración con los militares, el rey Constantino pasó gran parte de su exilio en Londres. Años después, ya en 1991, el Gobierno griego autorizó al ex monarca a que sacara las pertenencias de Tatoi.

Lo hizo, según han explicado a la prensa del Reino Unido fuentes próximas a la familia real griega, en cajas selladas y lacradas por las propias autoridades griegas, lo que demostraría que éstas habrían dado el consentimiento a la salida de todos los objetos.

En Tatoi, el rey Jorge fue acumulando estas joyas que ahora se subastan y que, de venderse todas, podrían reportar a sus herederos alrededor de 2.000 millones de euros.

La colección incluye piezas de plata de origen inglés, danés, ruso, francés, italiano, portugués y alemán, cuadros y alguna que otra afamada pieza de Fabergé. También hay platería y demás recuerdos de familia -muchos proceden de intercambios con otras familias reales europeas- que datan de comienzos del siglo XVIII y llegan hasta principios del XX.

El más caro de las piezas a subasta se ha puesto a la venta por un precio de 250.000 libras (cerca 375.000 euros).

Un ejemplo gráfico de las joyas que se han puesto en venta puede ser una especie de teteras (o similar) que le fueron entregadas al rey Christian IX de Dinamarca con motivo de su boda. Su valor ronda entre 80.000 y 120.000 libras (de 120.000 a 180.000 euros). También destaca un camaleón de Fabergé valorado en unas 35.000 libras (50.000 euros) y que data de 1890.

Entre los cuadros, aparece uno de Jan van Bijlert titulado Retrato de un joven y valorado con un precio máximo de 80.000 libras (120.000 euros) y otro del estudio de Veronese. Hay porcelana china, muebles y piezas labradas en jade, protagonistas todos de la tercera subasta de objetos de familias reales que Christie's celebra en los últimos 12 meses.

Christie's, lejos de atender las demandas del Gobierno griego, celebró ayer sin el más mínimo problema la primera sesión de la subasta, que tendrá hoy su segunda y última puesta en escena. «Todo va muy bien. La sala está llena. Hay muchos compradores en los teléfonos y en internet. Muchos de los objetos se estan vendiendo a más de lo estimado», se regodeaba un portavoz de la firma en declaraciones a Reuters.