BARCELONA.-
El presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, se ha salido con la suya. El ex ministro de Industria, Turismo y Comercio, es el principal impulsor de la destitución de Antonio González-Adalid como presidente de Enagás. Ayer logró que el consejo de administración de la compañía aceptase la renuncia de éste y su sustitución por Antonio Llardén, que procede de las filas de Gas Natural, empresa en la que ejerce de director general de recursos.
Miembro del PSC y también presidente de la patronal Sedigas -cargo del que se desvinculará-, Llardén ha sido el candidato defendido por Montilla. El líder del PSC fue quien intentó promover el relevo en Enagás antes de abandonar Industria para situar a un ejecutivo catalán en la presidencia de la compañía cuyo capital está muy frangmentado -hay seis cajas de ahorros y también está presente el gigante petrolero BP-.
Las presiones para el relevo, además, se acentuaron a partir de diciembre del año pasado, a raíz de las críticas vertidas por González-Adalid, quien denunció, a través de un comunicado que el Ministerio de Industria acababa de aprobar un nuevo marco regulatorio para el transporte del gas «sin haber existido un proceso de debate previo entre las distintas partes implicadas».
El ya ex presidente de Enagás se mostró dispuesto a dejar el cargo por considerar que la publicación de órdenes ministeriales de ese tipo podrían seguir repercutiendo a los beneficios de la compañía y a la cotización en Bolsa. El valor, entonces, se desplomó hasta un 20%.
Ayer, el consejo de Enagás también acordó el nombramiento de José Luis Olivas, presidente de Bancaja, como vicepresidente de la empresa.
|