HÉCTOR MARIN
EL PRAT (BARCELONA).-
Nuevo susto en el aeropuerto de El Prat sólo un día después del anterior. Otro avión de la compañía Air Nostrum, procedente en este caso de Valladolid, tuvo que realizar ayer también un aterrizaje de emergencia en el aeródromo barcelonés. Un problema con el tren de aterrizaje volvió a ser la causa del segundo incidente en El Prat de un aparato de la aerolínea española en apenas 24 horas.
El pasado martes, un avión procedente de Pamplona también se vio obligado a realizar una maniobra de emergencia en El Prat, sin consecuencia alguna para los pasajeros. En ambos casos, las aeronaves tomaron tierra sin el tren de aterrizaje desplegado por causas que todavía se desconocen y que están siendo investigadas por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, según informó ayer Aena.
El último incidente se produjo a las 15.06 horas de ayer. El vuelo IB-8665, que cubría el trayecto entre Valladolid y Barcelona con 40 pasajeros a bordo más cuatro tripulantes, los dos pilotos y dos personas de cabina, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de El Prat. A continuación, los pasajeros del vuelo y los tripulantes bajaron de la aeronave, registrándose dos lesionados leves como consecuencia del rápido desembarque, según informó Air Nostrum.
Uno de ellos fue atendido por los servicios médicos del propio aeropuerto de El Prat. El resto de usuarios retiró sus equipajes y se desplazó a sus domicilios o destinos de conexión finales.
Fue un viaje interminable para el pasaje, pues el vuelo tenía que haber partido de Valladolid a las 10.40 horas, pero problemas técnicos lo impidieron y el avión despegó finalmente a las 13.55 horas, según varios pasajeros. En el aeropuerto de El Prat, los responsables de las instalaciones activaron el plan de emergencias previsto para este tipo de casos para asistir a los pasajeros en la evacuación del aparato. Con la pista regada para evitar un posible incendio y la presencia de bomberos de Aena, ambulancias y efectivos de la Guardia Civil, la aeronave procedente de Valladolid pudo al final tomar tierra.
Como 24 horas antes, el aeropuerto no arrojó espuma contra incendios a la pista de aterrizaje. Aena señaló que «no falló nada en el sistema de emergencias. No es obligatorio tirar espuma». El avión quedó parado en medio de la pista, lo que obligó al aeropuerto a funcionar únicamente con la tercera rampa durante más de cuatro horas, lo que provocó pequeños retrasos.
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