El bolsillo de los madrileños y el euro
¿Le hubiera parecido caro pagar más de 7.000 pesetas, cuando ésta era nuestra moneda, por dos entradas de cine, dos tapas y cuatro cervezas? Si la respuesta es sí, está de acuerdo con la primera de las opiniones de hoy, que explica cómo el euro afecta a su economía. Se habla también de establecer prioridades y de trucos para ahorrar
7.000 pesetas en una salida sin lujos
El sábado, mi mujer y yo decidimos ir al cine. Hicimos lo que hemos hecho toda la vida: ir en coche -no hay cines en mi barrio-, aparcar cerca, donde se pueda, y tomar algo. ¿Cuánto cuesta esto?
Compramos las dos entradas por teléfono, unos 15 euros. Fuimos en coche y lo dejamos en un aparcamiento desde las 22.05 horas a las 00.35 horas: 5,40 euros. En la primera tasca que encontramos nos tomamos cuatro cañas, una de trigueros y una de croquetas: 23,50 euros. Nada de marisco, boletus ni foie, no. ¡Trigueros y croquetas!
Total: 43,90 euros la salida. Es decir, unas 7.400 pesetas. Sin palomitas, ni bebidas, ni nada. ¿Nos hemos vuelto locos?
La culpa no la tiene el cine, sino la tasca, donde, como en todos los bares de Madrid, ahora te cobran 4.000 pelas por lo que antes te costaba 2.000. O el parking, casi 1.000 pesetas por menos de tres horas de aparcamiento.
Sí, claro, también se puede ir cenadito, en autobús, y comprar la entrada en el cine, que te quitas un euro de comisión. O esperar a que la peli esté en el videoclub, donde llegan cada vez más pronto. O te la puedes descargar de Internet (legalmente o no, esto es otro problema).
Y estaban llenos el cine, el parking, la tasca... ¿No era éste el país de los mileuristas?
Antón Marconi
Te las puedes arreglar para que cueste menos
Soy casi mileurista y voy al cine, sí, pero como has dicho: compro las entradas en el cine haciendo cola y, para cenar, un menú wok (unos 8 euros con bebida) que comparto con mi pareja. Así nos sale la noche por unos 23 euros. El agüita para pasar las palomitas la llevo en mi mochila, y es del grifo de casa, que para algo pago la factura. Y vamos y venimos en Metro con el abono transporte.
Y nos podemos permitir ir al cine una vez cada dos meses, así de triste, y tenemos mucha suerte, ya que yo soy informática y mi novio, economista... Así va el mundo.
P.
No salgo tanto como antes del euro
Tenían que volver a poner aquellos anuncios de que con el euro los precios no iban a subir... Las cosas han subido y mucho; yo ya no salgo como antes. Luego la hostelería y otros sectores se quejan, pero a 300 pelas una tortilla o un botellín de cerveza, 300 un refresco, 200 un café, etcétera
F. B.
Es lo que hay, y hay que tener prioridades
Estoy harto de que mucha gente considere que soy un privilegiado porque voy al cine y a cenar fuera con mi pareja todos los sábados. De lo que no se dan cuenta ellos es de que no fumamos, ni salimos de copas. Con lo cual, el cine más cena me sale por menos de lo que ellos se gastan en tabaco y alcohol. Claro que no conciben su vida sin ese tabaco y alcohol.
Para mucha gente, la cajetilla y la media docena de cervezas no son una opción de ocio sino una necesidad ineludible. En cambio el cine o los libros sí son caprichos, cuando es cuestión de prioridades.
Hay algunos privilegiados (estos sí, aunque pocos) que podrán tener casa, coche, niños, fumar, beber, ir al cine, cenar fuera... El resto tenemos que elegir en qué nos gastamos el presupuesto.
U.
Seguiremos saliendo y los hosteleros lo saben
Los bares están muy caros, han subido un montón, pero siguen llenos porque en Madrid nos encanta ir de bares. Si yo tuviera un bar y por unas croquetas pido 3 euros y lo tengo lleno, y si pido 6 euros también lo tengo lleno, pues no sería idiota. Pediría 6 euros.
Carlos